El Partido Socialista ha puesto en marcha una estrategia para que la sombra de corrupción no se extienda: presumir de una tolerancia cero con quienes hayan podido cometer actos ilícitos. Una tesis sobre la que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha tratado de defenderse del ‘caso Koldo’, que afecta directamente al que fue su mano derecha desde 2019 hasta 2021, José Luis Ábalos.
El exministro de Transportes y exsecretario de Organización del PSOE fue cesado de la noche a la mañana y sin previo aviso por Sánchez en la remodelación del gobierno que acometió Sánchez en el verano de hace tres años.
Entonces se dudó de cuáles eran los motivos. Ahora, tras el estallido del caso y basándose en el ejemplo de “tolerancia cero” que ha dictado el líder socialista, circula la duda de si el presidente fulminó a Ábalos, precisamente, porque conocía las posibles conductas irregulares o, como poco, sospechas del exministro. Una pregunta a la que en Ferraz contestan tajantemente: “No”. Y durante semanas no ha habido argumentación alguna.
Pero esta semana, tanto el equipo de comunicación, como altos cargos del PSOE, han querido añadir un dato que no ha terminado de calar entre los periodistas: “No pudo echarle por eso, porque no le cesó como secretario de Organización, sino como ministro”. Con esta respuesta, Ferraz trata de matizar que Sánchez simplemente sustituyó a Ábalos dentro de la crisis de Gobierno que también afectó a gran parte de los ministros en el cargo en 2021, pero niegan que el secretario general le cesara como número dos del partido.
“Fue Ábalos quien dimitió”. Un argumento que los corresponsales de los medios no compraron, y respondieron casi en masa. “Hombre, el presidente no le echó directamente, pero le llamó y le obligó a dimitir”. Tras un breve silencio, los dirigentes socialistas se limitaron a sonreír.
