La bala perdida que mató a una niña de siete años en 2013, el cruce de disparos que llevó al hospital a un hombre de 2022, la muerte violenta de dos miembros de una familia el pasado 3 de junio. O la operación Puchi, que desmanteló varios cultivos de marihuana en interior el año pasado en las Tres Mil Viviendas. Ninguno de estos sucesos ha provocado un dispositivo en este barrio como el de este miércoles, en el que han participado 300 agentes de la Policía Nacional. Un ataque directo a los clanes de la droga que llevan años adueñándose de parte del barrio.
Los tiros al aire entre Caracoleños y Naranjeros del pasado sábado han desencadenado un dispositivo sin precedentes en esta zona del Polígono Sur. Según declaran fuentes del Gobierno y confirman voces judiciales, el despliegue se ha debido a dos operaciones policiales: una cuya investigación se remonta a unos tres meses atrás, y otra que se desarrolla desde hace varias semanas.
«Es el culmen de varias investigaciones«, ha detallado Macarena de la Palma, portavoz de la Policía Nacional en Sevilla. Y en el centro de esta intervención, «las organizaciones criminales» que manejan el narcotráfico en la capital andaluza. El resultado, más de 10 detenciones e incautaciones de armas, munición y droga, hasta el momento.
No había esquina, salida y entrada de las Tres Mil que no tuviera apostado un furgón de la Policía Nacional desde las seis de la madrugada de este miércoles. Drones de vigilancia, caballería, antidisturbios y hasta un helicóptero sobrevolaba toda la barriada. Aunque los 16 registros domiciliarios se produjeron en tres puntos muy concretos de este distrito: los Verdes, los Marrones y Las Vegas.
Una operación «planificada» desde hace tiempo
Un robo de marihuana fue lo que motivó el tiroteo entre los Caracoleños y los Naranjeros el pasado fin de semana, según apuntaron fuentes oficiales a El Correo de Andalucía. En mitad de la noche, balas de escopetas y fusiles que han creado una gran alarma social y «ha amplificado» el despliegue de seguridad. «Este miércoles se ha ejecutado una operación policial ya planificada, aunque después de los hechos acontecidos el pasado sábado, se ha intensificado, como os podéis imaginar», ha aclarado Francisco Toscano, subdelegado del Gobierno en Sevilla.
«No se descarta que, a raíz de las actuaciones practicadas a lo largo del día, se abran nuevas pesquisas que acaben en detenciones«, ha explicado Macarena de la Palma en declaraciones a los medios de comunicación. «Son operaciones que se han hecho en el pasado, que se están haciendo y que se van a seguir haciendo cada vez que la operativa policial lo considere necesario», ha recalcado Toscano.
De momento no han trascendido el número y el tipo de armas decomisadas, así como tampoco la cantidad de sustancia estupefaciente intervenida. También se desconoce si los detenidos pertenecen a alguna de las bandas que protagonizaron el incidente. Aunque, según ha puntualizado la portavoz de la Policía, en los registros se han encontrado «casquillos de munición detonada».
Los vecinos pagan las consecuencias
Entre tanto jaleo mediático y policial, los residentes de este barrio han tenido que seguir con su rutina. Con la bolsa de la compra en la mano, una vecina exclamaba que «ya era hora» de que se hiciera algo así. «Llevamos años pidiendo que nos pongan la luz y el agua, y nadie nos echa cuenta. Como muchos las pinchan para las plantaciones, nosotros pagamos las consecuencias», decía a a El Correo de Andalucía.
«De hecho un vecino me tiene que llenar el agua cada día para que se pueda duchar mi hijo», admitía esta mujer. «Llevan años intentando comprarme el piso. ¿Para qué?, ¿para sembrar marihuana? Jamás», comentaba otro vecino. «Que entren en nuestros bloques, que ahí está todo», pedía. Este miércoles a las seis de la madrugada 300 agentes se desplegaron por todo el barrio para intentar acabar con el motivo de sus quejas.