Miles de velas ardieron en la noche del miércoles en la ciudad de Buenos Aires. De un lado, una multitudinaria manifestación de estudiantes universitarios que reclaman al Gobierno de ultraderecha mayor presupuesto para esas casas de estudios. Cada manifestante llevaba su cirio en señal de protesta. A muy pocos kilómetros, en el coqueto barrio de Palermo, decenas de fans de Liam Payne encendieron sus candelas frente al hotel CasaSur desde donde el ex One Direction cayó del tercer piso y perdió la vida. Las luces de las velas no fueron el único elemento común entre ambas escenas. Ulularon sirenas, se desplegaron policías. Las circunstancias no podían ser sin embargo más contrastantes. La congoja y la estupefacción rodeaban a las instalaciones del hotel de la calle Costa Rica, donde las seguidoras de Payne dejaban sus ofrendas y recuerdos ante la mirada sorprendida del personal judicial que comenzó a investigar las circunstancias del deceso del músico británico de 31 años. La Fiscalía en lo Criminal y Correccional N°16, a cargo de Andrés Esteban Madrea, ha abierto una causa por presunto suicidio.

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