Miles de velas ardieron en la noche del miércoles en la ciudad de Buenos Aires. De un lado, una multitudinaria manifestación de estudiantes universitarios que reclaman al Gobierno de ultraderecha mayor presupuesto para esas casas de estudios. Cada manifestante llevaba su cirio en señal de protesta. A muy pocos kilómetros, en el coqueto barrio de Palermo, decenas de fans de Liam Payne encendieron sus candelas frente al hotel CasaSur desde donde el ex One Direction cayó del tercer piso y perdió la vida. Las luces de las velas no fueron el único elemento común entre ambas escenas. Ulularon sirenas, se desplegaron policías. Las circunstancias no podían ser sin embargo más contrastantes. La congoja y la estupefacción rodeaban a las instalaciones del hotel de la calle Costa Rica, donde las seguidoras de Payne dejaban sus ofrendas y recuerdos ante la mirada sorprendida del personal judicial que comenzó a investigar las circunstancias del deceso del músico británico de 31 años. La Fiscalía en lo Criminal y Correccional N°16, a cargo de Andrés Esteban Madrea, ha abierto una causa por presunto suicidio.
Las conversaciones de las fans sobre el trágico desenlace y la necesidad de mutuo consuelo contrastaban con la seriedad silenciosa de los encargados de dilucidar lo ocurrido. Empleados del hotel temieron lo peor antes de que Payne saltara desde el balcón. El portal Infobae reveló la llamada de emergencia que realizada a una comisaría cercana para informar que «un hombre agresivo que podría estar bajo efectos de drogas o alcohol» había provocado destrozos en la habitación en la que se hospedaba el difunto ídolo desde el pasado 13 de octubre. «Necesitamos que envíen a alguien», pidieron. El mensaje fue claro: temían que algo terrible podía suceder.
Payne se había alojado en el CasaSur sin compañía. El balcón desde donde cayó da a un patio interno que es utilizado por la confitería del hotel. El cuerpo del cantante fue encontrado entre las mesas. El personal del Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME) de la Ciudad de Buenos Aires llegó de inmediato. Ya nada podía hacerse. «Lamentablemente, presentaba lesiones incompatibles con la vida, producto de su caída, o sea que tuvimos que constatar el fallecimiento. No hubo posibilidad de reanimación», dijo personal médico a la televisión local.
Según distintos medios de prensa, el exOne Direction podría haber estado con los sentidos alterados al momento en que se asomó al balcón. « En el interior de la habitación 10 se encontraron drogas, y también había entre las ropas de la víctima». No se ha especificado qué tipo de sustancia pudo haber ingerido. Eso se determinará en la autopsia. Por lo pronto, las imágenes del cuarto arrojan algunas claves interpretativas: una pantalla LED estaba destruida por un golpe de puño o un objeto contundente. Había además quemaduras en el piso, botellas de bebidas alcohólicas, un par de copas, polvos blancos, un vaso de vidrio, papeles metálicos y un encendedor. También, una vela. «Esto podría ser clave a la hora del análisis forense para determinar si hubo ingesta de drogas», dijo el diario La Nación, citando a fuentes de la fiscalía. Las fotos que comenzaron a circular en las redes presentan su dosis de misterio: no se sabe en qué momento fueron tomadas, si antes o después del fallecimiento del artista.
En medio de llantos, las fans que se acercaron al CasaSur recordaron los problemas de adicciones que lastraban a su ídolo. Unas aseguraban que se remontaba a una década atrás. Otras creían que todo había comenzado a desmadrarse en 2015. «No, 2016», corregían las que se creían más autorizadas a fijar una línea temporal. Recordaron que en varias oportunidades Payne se consideraba un hombre afortunado porque había conocido el infierno.
Uno de los interrogantes que comparten los responsables de la investigación y las compungidas seguidoras de Payne es el que se relaciona con su misteriosa llegada a la capital argentina, el pasado 30 de setiembre. En principio se creía que su intención era la de asistir al show que su excompañero de banda Niall Horan ofrecería en un micro estadio de la capital. Se supo también que Payne no llegó solo a este país. Lo acompañaba su novia Katelyn Cassidy, una influencer estadounidense de 25 años con quien había iniciado una relación dos años atrás. Ambos compartieron una fotografía en las redes sociales días atrás. Pero era de 2023. Al parecer, Cassidy abandonó Buenos Aires el pasado lunes.
Payne era un viejo conocido de las argentinas. Llegó por primera vez en mayo de 2014, cuando One Direction se presentó en el estadio de Vélez Sarsfield en el marco de la gira mundial Where We Are Tour. Era esperado en setiembre de 2023 para un concierto personal pero la presentación fue suspendida por un problema de salud. En esa oportunidad se canceló toda la gira sudamericana.
El regreso de Payne a Buenos Aires no pudo ser peor. «Creo que la caída que sufre es de casi 14 metros. No hubo posibilidad de reanimación. Todo el cuerpo presenta lesiones gravísimas», explicó un médico del SAME.
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