Corea del Norte confirmó este jueves algunos detalles sobre su reciente enmienda constitucional, donde ha definido al Sur como «Estado hostil», en la primera modificación de su carta magna que elimina referencias a una posible reunificación. «Esta es una medida inevitable y legítima, en la que se define claramente a Corea del Sur como un Estado hostil, y se debe a las graves circunstancias de seguridad que llevan al borde de la guerra por las provocaciones políticas y militares de las fuerzas hostiles», publicó hoy la agencia estatal norcoreana KCNA.
La semana pasada, Corea del Norte concluyó una importante sesión parlamentaria en la que estaba previsto que enmendara su Constitución, pero no reveló ningún detalle sobre los cambios entonces, aunque sí dijo que la votación se había realizado por unanimidad. Ya se esperaba que en esta enmienda se eliminaran referencias a la reunificación con el Sur y se redefinieran fronteras nacionales, tal y como había ordenado el líder del país, Kim Jong-un.
Kim instó a reflejar que el Sur -con quien las relaciones han sido inexistentes en el último lustro- es el principal enemigo nacional, eliminar cláusulas relacionadas con la reunificación y a aclarar cuáles son los límites territoriales del país, incluida la disputada frontera marítima occidental.
Los expertos creen que la voluntad de Kim de desechar el diálogo, oficializar la existencia de dos Estados claramente diferenciados en la península y definir unilateralmente las fronteras del Norte puede empeorar aún más el pésimo ambiente que se respira en la región.
La enmienda constitucional de Pionyang se produce en un contexto de nuevo repunte de tensiones con Seúl, después de que el Ejército del segundo realizara el martes disparos al Sur de la frontera con el Norte en respuesta a las detonaciones empleadas por este para destruir tramos de carreteras en su territorio que conectan ambos países. Las detonaciones se produjeron en tramos del Norte de los corredores de Gyeongui y Donghae y después de que Pionyang anunciara la semana pasada que iba a cortar todas las vías de transporte hacia el país vecino.