Era el último duelo entre ambos, pero como no podía ser de otra forma Rafa Nadal no encontró en Carlos Alcaraz ni un ápice de piedad. Avisaba el murciano en la previa de que iba a ir contra «su ídolo» a «full de power», lo que viene siendo a tope de energía, pero la realidad es que no lo necesitó. Jugando a medio gas, sin necesidad de forzar en exceso la máquina, despachó el duelo ante el otrora rey del tenis español (6-3; 6-3) y confirmó su presencia en una final del Six Kings Slam que, de ganar, le saldrá más rentable en lo económico que nunca

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