José tan solo tiene 26 años y ya ha perdido 160.000 euros en el juego. Lo que comenzó como algo inofensivo y en pequeñas cantidades, se convirtió en su mayor condena.
«Mi problema fue empezar y ver que ganaba», ha asegurado. Según nos cuenta, llegó a obsesionarse tanto que estaba pendiente de las apuestas las 24 horas del día e, incluso, mientras trabajaba. «Me aislé de toda mi familia», ha confesado.
La primera deuda importante que tuvo fue de 60.000 euros. Fue entonces cuando su familia se dio cuenta de que tenía un problema y le animaron a entrar en rehabilitación.
Tras unos meses de desintoxicación, la publicidad sobre el juego le incitó a abandonar la terapia, volviendo a recaer, esta vez con una deuda de 100.000 euros. José no contó nada a su familia porque pensaba que podía ganar y solucionarlo.
La obsesión fue tal que, al ver que no podía salir del círculo vicioso, se intentó quitar la vida. «Mi hermana me salvó», ha advertido, señalando que la familia fue su ancla para salir de la adicción.
A partir de ese momento, José ingresó en psiquiatría y volvió a rehabilitación, recuperándose por completo. ¡Dale al play para enterarte de su historia!