El desfile de Victoria’s Secret (VS) regresó la pasada noche tras un paréntesis de seis años. Tras una Semana de la Moda de Nueva York, hace un mes, donde en comparación no hubo tantas supermodelos en los cástings, el famoso (y polémico) ‘show’ de las ángeles aladas reunión en el Brooklyn Navy Yard de la Gran Manzana a las ‘tops’ más cotizadas del panorama mundial: las hermanas Hadid, Anok Yai, Imaan Hammam y He Cong fueron en calidad de iconos de estilo del momento, mientras que los ‘ángeles’ clásicos fueron Alessandra Ambrosio, Adriana Lima, Doutzen Kroes y Behati Prinsloo, que volvieron a ponerse las alas.
Además de estas siluetas tan conocidas también desfilaron decenas de modelos diversas en edad, talla y raza, tratando de eludir el desfile, en su vuelta, las viejas polémicas por los cánones de belleza que promulgaba antes de la pandemia (no diversidad de género, ni racial ni de medidas, esqueléticas).
Lima, de 43 años, que comenzó su carrera en VS en el año 2000 y se retiró en el último desfile antes del parón, en 2018, reapareció sonriente balanceando unas alas en la espalda, y no fue la única de su generación: también estuvieron Alessandra Ambrosio, Isabeli Fontana, Kate Moss, debutante en esta pasarela a sus 50, Eva Herzigova (51) o Carla Bruni (56) Tremenda sorpresa y genial golpe de efecto.
El retorno del evento, cancelado en 2019, se produjo después de que la empresa emprendiera en los últimos años cambios en su dirección y su imagen para alinearse con los valores de las mujeres contemporáneas, y de que estas reclamaran el ‘show’ que se celebraba desde 1995.
Críticas del Metoo
El espectáculo de empezó a pinchar según se expandía el movimiento #Metoo y la denuncia de la cosificación de la mujer que representaban aquellas escuálidas modelos tipo Barbie, hipersexualizadas al más no poder.
Además, Victoria’s Secret se embarró por aquel entonces con otros problemas. Sus prendas, de elevados precios, no atendían a la diversidad de cuerpos, y muchas clientas se quejaban de que no encontraban tallas grandes. Algo que sí les ofrecían potentes firmas llegadas después al mercado, como la inclusiva y sexi Savage x Fenty, de Rihanna, pero también otras como Skims, de Kim Kardashian, ThirdLove, Negative, Cuup, o Parade.
Regreso de Tyra Banks
En el desfile de este martes se ha intentado reflejar los nuevos tiempos. Prueba de ello ha sido la panorámica final, en la que Tyra Banks, de 50 años, despampanante y con su pelo afro natural, lideró entre confetis rosas a maniquís de VS más jóvenes, como Gigi Hadid, Candice Swanepoel o Behati Prinsloo, y a nuevas generaciones, como Lila Moss o Valentina Sampaio.
Aunque la tónica general fue la delgadez y la juventud, el equipo de VS se caracterizó por incluir modelos treintañeras en adelante y madres; razas más allá de la blanca, y cuerpos de tallas normales y curvilíneas, como los de Ashley Graham, Paloma Elsesser, Fanta Bereteh y Devyn Garcia.
El desfile, que se ha podido seguir por internet, comenzó horas antes con una alfombra rosa. Después se vio a una motorista recorriendo las calles hasta la pasarela. No era otra que la cantante tailandesa Lisa, que cantó ‘Rockstar’ con una coreografía provocadora, rodeada de bailarinas vestidas con ‘bodies’ y chaquetillas.
Actuación de Cher y otras mujeres
La banda sonora corrió a cargo solamente de mujeres, que marcaron los segmentos del desfile: Lisa, que actuó dos veces; Cher, con himnos como ‘Strong Enough’ y ‘Believe’; Tyla, que caldeó el ambiente con música R&B, y una cantante de rock sin identificar que entonó la famosa ‘I love rock and roll’.
2018, último desfile
Las ventas cayeron en picado, un 40% en 2018, el último año que se televisó el desfile. La gente comenzó a ver el ‘show’ como algo «sexista» y «anticuado», y pinchó en audiencia. Además, la firma se enfrentó a varios escándalos, como cuando en 2017, el entonces director de márketing de la marca, Ed Razek, sugirió en una entrevista con ‘Vogue’ que las modelos «transexuales» y las de «talla grande» no deberían ser parte del evento (luego se disculpó y dimitió). Y por si esto no fuera suficiente, también L Brands, empresa matriz de la marca, estuvo en el disparadero debido a la amistad del fundador, Les Wexner, con el magnate estadounidense Jeffrey Epstein, un depredador pederasta de tomo y lomo.
En 2021 la firma dio un volantazo para dejar atrás su pasado patriarcal. Dejó a un lado a sus antiguas diosas y las sustituyó por nuevas ‘jefazas’, «mujeres consumadas que comparten una pasión común por impulsar un cambio positivo», dijeron. Sus nuevas embajadoras representaban nuevos modelos de mujeres, desde la jugadora de fútbol estadounidense Megan Rapinoe, o la modelo transgénero Valentina Sampaio, la ‘top’ estadounidense de tallas grandes Paloma Elsesser y la maniquí y refugiada de Sudán del Sur Adut Akech, pasando por la actriz india Priyanka Chopra, la periodista Amanda de Cadenet y la estrella del esquí acrobático Eileen Gu.