Es una de las citas más importantes para el sector en España. “Aquí está todo el mundo”, comentaba el primer ejecutivo de una gran compañía alimentaria, minutos antes de que empezara oficialmente el evento. El 39º Congreso de Gran Consumo de AECOC ha congregado a unos 1.200 directivos de importantísimas compañías del sector (alimentarias, restauración, supermercados, cosmética, electrónica, farmacéuticas…) y ha puesto de manifiesto, ya de arranque, la situación que vive y las cosas que teme esta industria. “Hay cosas en el horizonte que tenemos que solucionar si queremos tener una situación positiva a largo plazo”, ha resumido el presidente de esta asociación que aúna a fabricantes y distribuidores, Ignacio González. Entre ellos, la eterna baja productividad y el absentismo, la “insoportable” carga regulatoria o la fiscalidad, pero, también, que las familias están gastando menos en una partida que, no hace tanto, se consideraba básica.
“La situación económica de las familias ha mejorado”, ha contextualizado González. “La tasa de ahorro y la renta bruta de los hogares mejora, la confianza del consumidor mejora”, ha añadido este empresario, alargando la lista de buenas noticias. La cuestión –ha advertido– es que “el gran consumo está perdiendo terreno de gasto frente al ocio, las comunicaciones o la cultura”. “Tenemos un consumidor que ahorra lo que puede para gastar en lo que quiere”, ha simplificado. “Y tenemos que ser parte de lo que quiere”, ha rematado, encomiando implícitamente a su audiencia a arremangarse para revertir esta situación.
Luego, en una rueda de prensa, ha ahondado algo más en el asunto. Esta suerte de embajador del sector del gran consumo ha explicado que la tendencia se detecta al mirar 15 años atrás, y lo ha relacionado con el crecimiento que han tenido las otras categorías al coger tanto peso el turismo o las plataformas digitales. “Por eso es importante que seamos parte de lo que quiere el consumidor, y que vuelva a encontrar el valor en nuestras marcas y tiendas, que recupere esas ganas de gastar dinero en el gran consumo”, ha apuntado. “¿Estamos muy preocupados por esto? Razonablemente. No es la preocupación número uno”, ha rematado.
Lo que sí inquieta a González es que este trasvase de gasto se da, además, en un momento en que las familias están muy conservadoras con sus compras. Los niveles de consumo están muy poco por encima de donde lo estaban antes de la pandemia (1,3%) y lo que tira del carro es, sobre todo, el sector de los servicios y los bienes duraderos. “No está en bienes no duraderos, que es nuestro centro de interés”, ha alertado el presidente de AECOC.
Ausencia de los Next Generation e hiperregulación
A esto se suma que la inversión en general ha crecido un “modesto” 1,9% frente al año anterior o que incluso está en terreno negativo (-5%) en el caso de los bienes de equipo. “Uno se pregunta donde están los fondos ‘Next Generation’, que deberían estar aquí, pero no se ven”, ha lanzado el directivo, a quien también aflige, y mucho, cuestiones más estructurales como la baja productividad (“Estamos al mismo nivel que la España de 1995, hemos perdido 30 años en productividad”, ha enfatizado González, quien receta, contra esto, formación, digitalización y combatir arduamente los niveles de absentismo) o una “presión regulatoria insoportable”.
Cita, en un momento, una decena de nuevas normas: residuos, envases, cambio climático, deforestación, información no financiera, movilidad sostenible, multireincidencia en hurto y estafa, reglamento sobre la inteligencia artificial, etiquetado accesible, morosidad…
Pese a todo, González se ha declarado optimista. Se acoge a varios indicadores: que la población española crece gracias a la inmigración (lo que eleva, consecuentemente, la masa que consumo), que el turismo está más que recuperado, que los salarios crecen (lo que incrementa el poder adquisitivo del cliente) o que lo peor de la crisis inflacionista ya ha pasado. “Lo digo de manera clara y diáfana: lo peor ha pasado, lo que vamos a enfrentar pronto [antes de final de año, ha precisado luego] es una inflación alimentaria por debajo del dato general y muy próxima a cero o incluso negativa”, ha augurado el presidente de AECOC, agarrándose a que el IPC mensual lleva tres meses en negativo.