Los precios de la energía se relajarán a partir de 2026 por el exceso de combustibles y el auge de la energía limpia, si las tensiones geopolíticas lo permiten. Así lo recoge en la última edición del World Economic Outlook (WEO), la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que sostiene que después de «la Era del Carbón y la Era del Petróleo», el mundo ahora «se mueve rápidamente hacia la Era de la Electricidad» que estará protagonizada por fuentes limpias.
“En la segunda mitad de esta década, la perspectiva de un suministro más amplio –o incluso excedente– de petróleo y de gas natural, dependiendo de cómo evolucionen las tensiones geopolíticas, nos llevaría a una situación muy diferente del mundo energético al que hemos experimentado en los últimos años durante la crisis energética global”, afirma el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol.
“Esto implica una presión a la baja sobre los precios, proporcionando cierto alivio para consumidores que se han visto muy afectados por los aumentos de precios”, añade el jefe del organismo dependiente de la OCDE, que plantea que los gobiernos aprovechen este “respiro” de las facturas para “aumentar las inversiones en transiciones a energías limpias y eliminar los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles”.
En este sentido, la agencia con sede en París cree que las fuentes de bajas emisiones estarán preparadas “para generar más de la mitad de la electricidad mundial antes de 2030”, mientras establece para ese periodo -«finales de la década»- el punto máximo de demanda de los tres combustibles fósiles (carbón, petróleo y el gas).
Pero todo eso puede ponerse en peligro con las tensiones geopolíticas, protagonizadas en los últimos años por la guerra de Ucrania y el conflicto actual en Gaza. “Los conflictos regionales y las tensiones geopolíticas están poniendo de relieve importantes fragilidades en la economía global actual del sistema energético, dejando clara la necesidad de políticas más sólidas y mayores inversiones para acelerar y ampliar la transición hacia tecnologías más limpias y seguras”, sostiene el informe.
El protagonismo de China
Además de la electricidad, la energía renovable y las tensiones geopolíticas, el informe destaca otro gran protagonista: China, que sostiene dos tercios del aumento global de la demanda de electricidad de los últimos diez años. Y esa parece que será la tendencia también en cuanto a la penetración renovable que, pese a que está entrando en el sistema “a un ritmo sin precedentes”, su implementación “todavía está lejos de ser uniforme entre tecnologías y mercados”.
“Ya sea inversión, demanda de combustibles fósiles, consumo de electricidad, despliegue de energías renovables, el mercado de vehículos eléctricos o la fabricación de tecnologías limpias, estamos en un mundo donde casi todas las historias sobre energía son esencialmente una historia de China. Sólo un ejemplo: la expansión solar de China avanza a tal ritmo que, a principios de la década de 2030, la energía solar de China por sí sola podría exceder la demanda total actual de electricidad de los Estados Unidos”, añade Birol.
Redes y almacenamiento
Por otra parte, la AIE vuelve a reiterar que para que la energía limpia siga creciendo a buen ritmo, se necesita “una inversión mucho mayor en nuevos sistemas energéticos, especialmente en las redes eléctricas y el almacenamiento de energía”. Actualmente, por cada dólar gastado en energía renovable, se gastan 60 céntimos en redes y almacenamiento.
“La descarbonización segura del sector eléctrico requiere que la inversión en redes y almacenamiento aumente incluso más rápidamente que la energía limpia, generación y el ratio de inversión se reequilibre”, defiende la agencia.