La lluvia no impidió que los aficionados cordobeses al fútbol disfrutaran de una tarde y una noche históricas de martes con la selección. Desde ayer, cuando aterrizaron en el Aeropuerto -primer equipo que usa este medio para llegar a la ciudad- hasta que salieron del estadio de El Arcángel, los componentes de la expedición fueron agasajados por miles de personas deseosas de deporte de élite.
El conjunto de De la Fuente correspondió a tanto cariño con una exhibición de buen juego a la que únicamente le faltó la efectividad para haber desembocado en una goleada de escándalo. Excelso Fabián, inspirado Zubimendi, bullicioso Cucurella y combativo y motivado Morata. Todo el equipo funcionó como una máquina y ya en el minuto 4 mandaba con un gol de cabeza de Laporte.
Con el transcurrir de los minutos la dinámica no cambiaba y las ocasiones se sucedían delante de la meta de un Rajkovic sobrexigido. En el 51’ el árbitro polaco Stefanski decretó penalti por manos del defensor serbio Milenkovic tras disparo de Porro. Morata asumió la responsabilidad, pero su disparo se marchó por encima del larguero. Lejos de disgustarse con el atacante, la afición de El Arcángel, redobló el aliento para un atacante especialmente querido en Córdoba por el afecto con el que siempre ha hablado de su club y de la ciudad. Catorce minutos después todo su empeño se vio recompensado con un gol que celebró con especial ansia por tener muchos conocidos en las gradas.
La guinda al pastel llegó en el 77’ cuando Álex Baena transformó a la perfección un golpe franco que, además, supuso la expulsión del zaguero Pavlovic.
Todo salió bien. España aseguró su pase a cuartos de la Nations League y el público de El Arcángel -más de 20.000- cantó el himno de España, de Andalucía… y hasta del Córdoba en el minuto 54. Y, de paso, con todo ello gritó a voces que a pesar de las modestas instalaciones de El Arcángel, la ciudad no merece que pasen otros 23 años hasta que regrese la selección.