El Gobierno central y el Ejecutivo del País Vasco maniobran para armar una oferta de compra para blindar y tomar el control de Talgo. Los planes que impulsa Moncloa pasan por montar una operación conjunta entre la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI); un fondo dependiente del Gobierno vasco; el dueño del grupo siderúrgico Sidenor, José Antonio Jainaga, como gran socio industrial; y preferentemente también Criteria, el brazo inversor de la Fundación LaCaixa.
Tras vetar la opa del grupo húngaro Magyar Vagon por razones de seguridad nacional dadas sus vinculaciones con Rusia y una vez que ha quedado aparcada la propuesta de fusión de la compañía checa Skoda, el Gobierno ahora avala un plan alternativo para dar estabilidad accionarial a Talgo sólo con socios nacionales y facilitar la salida como accionista del fondo estadounidense Trilantic (que controla menos de un 30% del capital del fabricante de convoyes de tren, a través de su participación en el consorcio Pegasus que tiene un 40,03% del grupo).
El Gobierno central y el Ejecutivo vasco trabajan activamente en conformar una acción conjunta en las próximas semanas para articular una oferta de compra, aún está por decidir si total o sólo parcial, pero cuyo precio sí está claro que va a estar claramente por debajo del de la opa húngara, según anticipan a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA fuentes oficiales al tanto de la situación.
Aunque no hay de momento un precio concreto establecido -las negociaciones son aún incipientes-, la pretensión es que sea mucho más bajo que los 5 euros por acción que ofreció Magyar Vagon y que suponía una altísima prima para los accionistas. “Los 5 euros por acción no tienen sentido. Todos deben tenerlo claro”, apuntan las mismas fuentes.
Talgo ‘vale’ ahora 200 M menos
El grupo húngaro Magyar Vagon presentó una oferta pública de adquisición (opa) para tomar el control de Talgo a un precio de 5 euros por acción, lo que suponía valorar la compañía española en 619 millones de euros. El grupo ferroviario se disparó en bolsa al calor de la opa hasta alcanzar los 4,8 euros por acción, por debajo del precio ofrecido por la compañía húngara. Tras la prohibición de la opa por el Gobierno, la cotización ha vuelto a caer con fuerza.
El Consejo de Ministros vetó el pasado agosto la opa del grupo húngaro por las vinculaciones de sus accionistas con Rusia, alegando que la prohibición se debía a la necesidad de preservar los intereses estratégicos y la seguridad nacional por la tecnología desarrollada por Talgo. Tras el veto del Consejo de Ministros a la oferta de compra de Magyar Vagon por su relación con el Kremlin, las acciones se han desplomado hasta el entorno de los 3,3 y los 3,5 euros, más de un 30% por debajo de la oferta de Magyar Vagon (unos 200 millones menos que la valoración que implicaba la opa vetada). En la sesión de ayer las acciones de Talgo repuntaron por las noticias sobre los intentos de activar una oferta alternativa.
Los planes de Moncloa pasan ahora por articular la compra de Talgo en una operación a cuatro bandas en la que participaría directamente el Gobierno a través del holding público SEPI, y en la que también tendrían que implicarse el Gobierno vasco -que ya ha confirmado su interés por entrar en la compañía-, el gigante financiero Criteria -el brazo inversor de la Fundación LaCaixa- y para la que se baraja la participación socios industriales preferentemente vascos. El Ejecutivo del País Vasco está sondeando a varios grupos locales para que se sumen al plan, y entre las que han mostrado interés en participar figura el dueño de la siderúrgica Sidenor, José Antonio Jainaga, que entraría en la operación a través de su fondo Mirai.
¿Compra parcial u opa por el 100%?
Si la operación para blindar y dar estabilidad al accionariado de Talgo se limita a tomar la participación que controla el fondo Trilantic, no sería necesaria lanza una opa por el 100% capital (la legislación obliga a presentar una oferta a todos los accionistas si se supera la cota del 30% de una compañía cotizada en bolsa). En principio, el plan inicial de los organizadores de la nueva oferta para reordenar el accionariado de Talgo no pasa por lanzar una opa por la totalidad del capital, que ahora tiene un valor en bolsa de unos 430 millones de euros. La intención inicial sería quedarse al bordo del tope legal y tomar una participación máxima del 29,9%.
El problema es que el fondo Trilantic se ha mostrado a contraria a aceptar cualquier operación de salida de Talgo que no implicara una opa en la que pudieran participar todos los accionistas de la compañía. Trilantic había mostrado su respaldo a la oferta presentada por el grupo húngaro Magyar Vagon para tomar el control de Talgo, a razón de 5 euros por acción. Pero el Consejo de Ministros vetó el pasado agosto la opa del grupo húngaro por las vinculaciones de sus accionistas con Rusia, alegando que la prohibición se debía a la necesidad de preservar los intereses estratégicos y de seguridad nacional por la tecnología desarrollada por Talgo.
La operación avalada por Moncloa y Gobierno vasco busca reordenar el accionariado de Talgo e impulsar la compañía de la mano de un nuevo socio industrial que ayude a resolver uno de los grandes problemas que arrastra la compañía: el de no tener capacidad suficiente en sus factorías para atender el récord de pedidos de trenes que acumula. Por eso resulta imprescindible que la operación esté comandada por un grupo industrial que aporte esas capacidades.