«Ninguna de las medidas están en cuestión por parte de este equipo de gobierno, solo por la oposición». Así de tajante se ha mostrado la portavoz del Ayuntamiento de Alicante, Ana Poquet, sobre el «cheque bebé» y el bono alquiler anunciados por el alcalde, Luis Barcala, este mismo lunes.
Las propuestas habían quedado en el aire solo un día después de darse a conocer cuando el vicealcalde, Manuel Villar, aseguró que los técnicos municipales estaban centrados en estudiar «cómo poner estas medidas en marcha» siempre y cuando «al final haya disponibilidad presupuestaria para ello».
Ahora, su compañera de partido ratifica el anuncio del regidor y sostiene que ambas medidas se llevarán a cabo «sí o sí», ya sea por su inclusión en el presupuesto de 2025 o por una hipotética modificación de créditos posterior. Dos cuestiones en las que, al estar gobernando en minoría, los populares necesitarán obligatoriamente del apoyo de al menos uno de los grupos de la oposición.
Acusaciones cruzadas
«Tenemos experiencia sobrada en este tipo de ayudas directas», ha defendido Poquet, para lo que ha puesto como ejemplo las últimas convocatorias de Bonos Consumo o Bonos Gastronómicos, pese a que estas iniciativas se financian mediante subvenciones de la Diputación de Alicante y no requieren del respaldo de ningún otro grupo, ya que su aprobación corresponde exclusivamente a la Junta de Gobierno.
Después de que el PSOE acusara al alcalde de «vender humo» con dos anuncios que no podrá cumplir sin negociar antes con la izquierda o con Vox, Poquet ha cargado duramente contra el grupo socialista, al asegurar que «están en contra de todo lo que sea bueno para Alicante». Al respecto, la también concejala de Turismo cree que las acusaciones de la izquierda se llevaron a cabo para «intentar tapar que hicieron un debate penoso» en el que los progresistas apostaron por recuperar la figura del alcalde pedáneo, eliminada por el anterior gobierno tripartito del propio PSOE, Compromís y Guanyar.
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