Corea del Norte arrancó el año con un mensaje claro: que ya no quiere tener ningún tipo de relación con su vecino del sur, territorio con el que, técnicamente, sigue en guerra desde la firma de un armisticio en 1953. Para demostrar que iba en serio, Kim Jong-un ordenó derribar el Arco de la Unificación construido por su abuelo, símbolo de una posible reconciliación entre los dos Estados. También dejó inscrito en la Constitución que Corea del Sur es ahora «su principal enemigo nacional» y que cabe la posibilidad de «ocupar, subyugar, reclamar completamente y anexionar» Seúl en caso de que «estalle una guerra» en la península.

Un aumento de la retórica belicista que coincidía con la entonces recién reestrenada (y ahora ya casi consolidada con el envío de soldados a Ucrania) amistad con la Rusia de Vladímir Putin. Al mismo tiempo, respondía al acercamiento cada vez más estrecho entre Corea del Sur y Estados Unidos. Así, envalentonado por haber recuperado la atención de la comunidad internacional (algo que utiliza para llevar a cabo su chantaje nuclear, según explicaba el profesor Vicente Garrido a este periódico), Kim Jong-un lleva meses incrementando las tensiones en la frontera. Lo ha hecho, además, con estrategias tan poco convencionales como el envío de globos aerostáticos llenos de basura o el cruce relámpago de sus soldados al otro lado de la linde. 

Este martes, sin embargo, el dictador norcoreano ha dado un paso más: ha dinamitado las dos carreteras que, aunque bloqueadas de manera casi permanente, conectaban todavía el norte y el sur de la península dividida. En concreto, a falta de puentes tendidos, artificieros norcoreanos han volado partes de «las carreteras y vías ferroviarias de Gyeongui (al oeste) y de Donghae (al este) en la Línea de Demarcación Militar», según ha anunciado el Estado Mayor Conjunto surcoreano (JCS) en un comunicado recogido por Efe

Esta acción viene precedida de la promesa de cortar por lo sano con el Gobierno de Seúl ratificada el pasado 9 de octubre, cuando Pyongyang dijo que cortaría completamente las «vías de transporte» y construiría «fuertes estructuras de defensa» en las zonas próximas a la frontera. ¿El motivo? Según el régimen, como respuesta a las maniobras militares de Seúl y Washington. «Es una medida de autodefensa para inhibir la guerra y defender la seguridad nacional». En esta línea, en los últimos días, Corea del Norte ha desplegado unidades de artillería en la frontera

Seúl dispara… 

Como reacción a las detonaciones en Pyongyang, el Ejército surcoreano ha disparado al sur de la frontera como medida de disuasión. Paralelamente, ha anunciado, ha «reforzado su postura de vigilancia y alerta» ante los movimientos y las amenazas de Kim Jong-un.

La gente mira una televisión que transmite una noticia sobre Corea del Norte haciendo estallar secciones de carreteras y líneas ferroviarias intercoreanas en su lado de la frontera fuertemente fortificada entre las dos Coreas .


La gente mira una televisión que transmite una noticia sobre Corea del Norte haciendo estallar secciones de carreteras y líneas ferroviarias intercoreanas en su lado de la frontera fuertemente fortificada entre las dos Coreas .

Reuters

Lo cierto es que hace unos días, Corea del Norte acusó al Sur de sobrevolar drones en su capital para lanzar panfletos propagandísticos con «rumores incendiarios y basura». En esta línea, advirtió que si detectaba otro dron lo consideraría «una declaración de guerra». Por su parte, el Ejército surcoreano ha negado toda su responsabilidad y ha apuntado a grupos de activistas no gubernamentales. 

…y Rusia amenaza

Rusia ha sido uno de los primeros países en pronunciarse sobre la escalada de tensiones en la península coreana. Ha sido el viceministro de Exteriores, Andréi Rudenko, quien en declaraciones a la agencia estatal TASS, ha tachado de «provocaciones» las acciones de Corea del Sur «que minan gravemente la estabilidad en la península y conducen a una escalada de la tensión». «Estamos ante un escenario muy peligroso», ha advertido. 

En esta línea, el diplomático, que ha realizado estas declaraciones durante una visita a Teherán, la capital iraní, ha recordado la alianza estratégica entre su país y el régimen norcoreano. Se refiere al Acuerdo Integral de Asociación Estratégica firmado en junio pasado por Putin y Kim Jong-un. Un pacto que incluye una cláusula de asistencia mutua en caso de agresión«Si contra Corea del Norte se comete un acto de agresión, en consonancia con su legislación y la norcoreana, se adoptarán las medidas necesarias», ha señalado Rudenko. 

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