El gobierno polaco aprobó un plan migratorio nacional para «devolver y garantizar a Polonia» el control sobre sus fronteras, según su primer ministro, el liberal Donald Tusk. Se trata de una decisión «difícil, pero necesaria», indicó el líder de la liberal y europeísta Plataforma Cívica (PO) a través de un mensaje en X. La aprobación se produjo en un Consejo de Ministros marcado por el desafío lanzado el pasado sábado por Tusk, al avanzar que su plan incluiría la suspensión temporal del asilo. Esta posición coloca a Polonia se lleno en el bloque de países de la UE que defienden la línea más dura en política migratoria. Según la agencia de noticias nacional PAP, Polonia ha sido invitada a participar en la reunión impulsada por Italia, Países Bajos y Dinamarca para el jueves, jornada de arranque del próximo Consejo Europeo.
El anuncio de Tusk de suspender temporalmente el derecho de asilo se produjo en un acto de la OP, aparentemente sin el consenso de varios de sus socios de gobierno, como la izquierda moderada y una agrupación centrista cristiana, que no respaldan esa línea dura y recordaron que el derecho de asilo es ‘sagrado’. Pese a estas críticas, Tusk ratificó en sucesivas declaraciones el domingo y el lunes que no acatará decisiones europeas «contrarias a los intereses de seguridad nacional» polacos.
Tusk justifica su plan en la necesidad de poner fin a la migración irregular precipitada por la guerra híbrida procedente de Bielorrusia. El propósito de Minsk, según Varsovia, es desestabilizar a Polonia y a conjunto de la Unión Europea con la infiltración de migración irregular. Polonia está entre los países que reciben anualmente pocas solicitudes de asilo –unas 7.500 en 2023, frente a las 350.000 de Alemania, las 135.000 de Francia o las 116.000 de España–. Sin embargo, es el principal país de entrada en territorio de la UE de refugiados ucranianos, que están exentos de someterse al proceso de petición asilo.
Las acusaciones de «guerra híbrida» de Varsovia contra Minsk, aliado del Kremlin, se suceden desde 2021. Desde entonces se ha procedido a blindar las fronteras exteriores con el territorio ruso y bielorruso. La guarda fronteriza observa, sin embargo, una creciente presión e intentos masivos de entrar irregularmente en el país.
Al anuncio de Tusk siguieron advertencias desde Bruselas, alusivas al derecho fundamental al asilo vigente tanto a escala comunitaria, internacional o de la Constitución polaca. Las críticas de varios de sus aliados se producen, además, cuando se cumple exactamente un año de la victoria electoral de su bloque, que puso fin a los ocho años de dominio del ultranacionalista partido Ley y Justicia (PiS).
Polonia estuvo entre el grupo de 15 países de la UE que reclamaron la semana pasada un endurecimiento del pacto migratorio alcanzado en la UE tras duras negociaciones. Alemania, Francia y España reclaman que se acelere la entrada en vigor de las medidas acordadas para evitar que se desmarquen países como Hungría, Polonia y Países Bajos.
Escudo fronterizo del este
La política migratoria, así como la nueva iniciativa de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para acelerar las deportaciones de irregulares, centrarán el Consejo Europeo que se abre el próximo jueves. Pero además Varsovia quiere impulsar ante los 27 lo que denomina el «escudo del este» para reforzar las fronteras orientales polacas, de los países bálticos y de Finlandia. Tusk lo considera un «empeño conjunto y compartido» para el que reclama cofinanciación europea.
A escala interna polaca, el giro de Tusk se interpreta también como un afán de tomar posiciones ante la que puede ser su siguiente campaña electoral. El próximo año hay elecciones presidenciales, donde se apunta a una nueva confrontación entre el PO que lidera y el PiS, el partido que apoya al jefe del Estado vigente, Andrzej Duda. Mientras la liberal PO de Tusk endurece su discurso sobre el asilo, desde el PiS se apuesta por someter a referéndum la política migratoria. Rescata así la propuesta ya impulsada hace un año, en las generales que perdió, y que no encontró entonces el respaldo suficiente en las urnas.