Los productores de petróleo en Estados Unidos han capitalizado el reciente incremento en los precios del crudo, asegurando ventas futuras con el objetivo de proteger sus ingresos a largo plazo.

A principios de octubre, la tensión creciente entre Irán e Israel impulsó los precios del crudo estadounidense, que pasaron de 71 dólares por barril el 26 de septiembre a casi 81 dólares el 7 de octubre, después de un largo período de declive.

Este aumento abrupto en los precios desató una ola de actividades de cobertura, en la que las empresas rápidamente aseguraron precios favorables a través de contratos de futuros, swaps y opciones. Estas coberturas permiten a los productores fijar precios para futuras ventas, protegiéndose contra posibles caídas del mercado.

La Agencia Internacional de Energía (AIE) y otros analistas han pronosticado un mercado petrolero a la baja para 2025. En respuesta, los productores estadounidenses han reforzado sus posiciones ahora que los precios están en niveles altos, aunque podrían ser temporales.

Este nuevo auge en la actividad de cobertura podría proporcionar a las empresas un margen de maniobra para incrementar la producción el próximo año, incluso si los precios se debilitan, como se proyecta. En octubre, se alcanzó un récord en la cantidad de transacciones, con AEGIS Hedging, un actor clave en la cobertura de petróleo y gas en EE. UU., gestionando el 3 de octubre el mayor volumen de transacciones en su historia.

Según Jay Stevens, director de análisis de mercado de AEGIS, el incremento en las transacciones ocurrió mientras aumentaban las especulaciones sobre un posible ataque de Israel contra la infraestructura petrolera de Irán, lo que podría desencadenar un aumento del 5% en los precios en un solo día.

Además, los operadores de swaps incrementaron significativamente sus posiciones cortas en futuros y opciones de crudo estadounidense, una estrategia que frecuentemente emplean los bancos involucrados en operaciones de cobertura para diversificar su riesgo en mercados más amplios.

Este incremento en la actividad refleja la magnitud de la cobertura y la determinación de los productores para fijar los precios antes de que ocurran nuevos cambios en el mercado.

Aunque el frenesí ha disminuido en la medida en que las tensiones geopolíticas se han moderado, algunos observadores del mercado advierten que si el precio del barril vuelve a acercarse a los 80 dólares, el interés de los productores en las coberturas podría resurgir.

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