Antonio Jose De Sousa Araujo es integrante de la selección portuguesa y acaba de ganar el II Open de Pesca de Mieres. Este deportista afirma que el del río Caudal es «el mejor coto urbano que he visto a lo largo de mi carrera». Este experto peritaje plasma con rotundidad lo que viene siendo una evidencia desde que hace dos años el coto sin muerte de Mieres acogiera el mundial de pesca. «Estamos logrando recuperar un espacio con gran potencial turístico y económico que habíamos dejado morir», señala Enrique Fernández, responsables de la asociación «El Cantu», organizada del citado evento.
En el open celebrado este pasado fin de semana han participado 20 de los mejores pescadores de España y Portugal. En el caso de los cuatro representantes portugueses, todos ellos están integrados en la selección nacional. Antonio Jose De Sousa no regatea elogios para la travesía urbana del río Caudal. «No hay en el mundo un coto semejante, tan próximo a la población y con unas condiciones tan buenas para la pesca». El ganador del open local considera que Mieres tiene una mina poco valorada que debe explotar. «Hay que tener en cuenta que a las magníficas posibilidades que tiene el río se suma una gran oferta gastronómica y unas comunicaciones que te permiten conocer toda Asturias si vienes a pescar a Mieres».
Los participantes en el open mierense no conceden sus elogios al coto sin practicar también la crítica. El definitivo despegar del tramo de pesca sin muerte que va desde Ujo hasta Ablaña se ve lastrado por dos problemas claramente diagnosticados. «Mientras estaba compitiendo tenía permanentemente al lado a no menos de un par de cormoranes. Me llamó la atención la gran cantidad de estas aves que hay en el río y que no tengan ningún miedo al ser humano», señala De Sousa.
Los pescadores locales llevan años reclamando actuaciones que permitan controlar la muy numerosa población de cormoranes en el Caudal. «No pedimos que los maten, sino que se controle la colonia. Son una especie invasora que nunca hasta ahora se había adentrado tierra adentro», indica Enrique Fernández. Su opinión coincide con lo manifestado en numerosas ocasiones por la Real Asociación Asturiana de Pesca Fluvial: «Los pescadores siempre hemos convivido con garzas y nutrias, pero los cormoranes son un depredador insaciable que está colonizando espacios que no le corresponden», subraya el presidente de «El Cantu». A pesar de la difícil convivencia con estas aves, durante el open los participantes lograron capturar 299 truchas. «Hay una buena población en el coto gracias a las repoblaciones que hacen la Asturiana de Pesca con las asociaciones de Morcín y Riosa», destaca Enrique Fernández. Los pescadores remarcan que la actividad deportiva que se realiza en el río Caudal preserva la fauna del medio fluvial, ya que se trata de pesca sin muerte, por lo que las truchas son devueltas a las aguas tras las capturas.
La otra inquietud de los pescadores está relacionada con los accesos al coto: «Faltan plataformas para entrar y salir. Además, podía estar más limpio», concluye De Sousa. También los pescadores locales corroboran esta carencia. «No hay suficientes puntos de acceso y, sobre todo cuando el río baja con mucha agua, no resulta sencillo acceder a ciertas zonas», explica Enrique Fernández. Las limitaciones están relacionadas con el hecho de que los cerca de 10 kilómetros de río que transcurren entre Ujo y Ablaña están totalmente canalizados desde hace tres décadas. Las elevadas escollaras que encauzan el río limitan los puntos de entrada y salida al río. El acotamiento que genera este armazón de hormigón ha hecho que a lo lago de los años muchos animales salvajes y domésticos, incluido corzos y caballos, se quedaran atrapados en el cauce sin poder salir tras caer al río. También ha pasado con personas, siendo en alguna ocasión necesario el uso del helicóptero de emergencias para evacuar a los accidentados.
Además de los pescadores, los hosteleros también perciben que el coto de pesca sin muerte del río Caudal afronta un renacer que genera expectativas turísticas. El que fuera para muchos el mejor coto truchero de Europa en los noventa, antes de su abandono y de que los cormoranes terminaran de espantar a los pescadores, está reviviendo hasta el punto de que ya se pide que se recuperen viejas iniciativas lúdicas desechadas. La Asociación de Turismo Rural de Asturias (ARCA), por ejemplo, ha trasladado al Ayuntamiento de Mieres una propuesta para que se organicen actividades lúdicas en el entorno fluvial que complementen la práctica de la pesca. La entidad propone, por ejemplo, la organización de descensos en canoa. Los pescadores ven con cierto escepticismo que el tramo urbano del río Caudal tenga recorrido más allá de la pesca, pero apuntan que su potencial económico «es enorme».
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