Con un vocabulario muy limitado y un ataque epiléptico posterior al interrogatorio, declaró ayer en la Audiencia Provincial de Zaragoza una mujer natural de Galicia a la que acusan de estafar 4.000 euros a una zaragozana que pidió un crédito bancario de 20.000 euros. Pero, detrás del entramado, se encuentra realmente una red mundial que opera desde fuera de España y que utilizó a la acusada como mula para mover el dinero de una cuenta bancaria hasta llegar a completar movimientos desde Fraga, Lleida, Valladolid e incluso desde países del entorno caribeño. La mujer, que padece una discapacidad intelectual, negó estar familiarizada con las tecnologías al declarar por videoconferencia desde los juzgados de Santiago de Compostela.

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