Moscú ha permanecido en silencio tras los informes del derribo de un Su-34 por un F-16 operado por Ucrania.
El silencio de Moscú tras el derribo de un Su-34 ruso
Un día después de que circularan informes en redes sociales sobre el derribo de un Sukhoi Su-34 de la Fuerza Aeroespacial Rusa —designación OTAN: Fullback— probablemente por un F-16 Fighting Falcon ucraniano, Moscú ha mantenido un inusual silencio. Lo que llama la atención es que los primeros en informar sobre la pérdida fueron blogueros militares pro-Kremlin.
En lugar de reconocer la baja o adjudicarla a otro factor, como es habitual en la estrategia rusa, el enfoque ha sido distinto. En vez de admitir la pérdida, las fuentes estatales rusas informaron de un ataque no relacionado en la región de Kursk, alegando que un Su-34 fue empleado para golpear un “bastión ucraniano” con un nuevo tipo de armamento.
El Ministerio de Defensa ruso emitió un comunicado confirmando que un Su-34 atacó una base ucraniana en la zona fronteriza de Kursk con bombas aéreas guiadas. Sin embargo, se evitó cualquier mención sobre el derribo del avión o sobre su regreso exitoso a la base.
Posibles razones del silencio de Moscú sobre el derribo del Su-34
El hecho de que Moscú haya omitido referirse a las afirmaciones de Kiev o de sus propios blogueros pro-Kremlin sobre la pérdida del Su-34 es significativo. Además, resulta notable que no se haya mencionado si el avión completó su misión con éxito.
El ataque en la región de Kursk fue el único reporte oficial del uso del Su-34 en los últimos días, lo cual podría implicar que el Kremlin está intentando desviar la atención del incidente. La destrucción de hasta una cuarta parte de la flota de Su-34 antes de la guerra ya había sido reconocida, pero los informes de nuevas pérdidas no hacen más que aumentar la presión sobre el mando militar ruso.
Esto plantea interrogantes sobre la capacidad de producción de aviones de combate en Rusia y su habilidad para reemplazar estas pérdidas. La falta de transparencia genera dudas sobre el verdadero estado de las fuerzas aéreas rusas.
El impacto del derribo del Su-34 en la moral y la estrategia de Moscú
El silencio de Moscú también podría estar relacionado con la creciente disidencia entre los propios blogueros militares pro-Kremlin, quienes ya habían criticado la gestión de la guerra. La pérdida de un activo valioso como el Su-34 no hará más que intensificar estas críticas.
Mientras tanto, la guerra sigue en marcha, con combates intensos en la frontera del óblast de Kursk, donde Ucrania ha mantenido sus posiciones. Este incidente podría tener repercusiones significativas para la campaña rusa, ya que pone en evidencia la vulnerabilidad de sus activos aéreos.
Si bien el Kremlin espera una eventual resolución favorable tras las elecciones estadounidenses, la ocupación de territorio ruso por parte de fuerzas ucranianas complica enormemente cualquier posibilidad de un acuerdo rápido.
La relación entre las pérdidas aéreas rusas y su estrategia en Ucrania
la guerra en Ucrania ha expuesto una serie de debilidades en las fuerzas aéreas rusas, siendo la pérdida del Su-34 un ejemplo claro de esta tendencia. Aunque Moscú ha intentado minimizar el impacto de estas pérdidas, su capacidad para mantener una presencia aérea dominante se ha visto seriamente afectada.
La respuesta del mando militar ruso ante estos incidentes sugiere una preocupación creciente por las limitaciones logísticas y operacionales. Además, la posibilidad de que el Kremlin espere hasta las elecciones estadounidenses para tomar decisiones estratégicas clave demuestra la falta de una planificación a largo plazo.
En resumen, las pérdidas continuas en activos de alto valor como el Su-34 ponen de manifiesto los problemas estructurales del ejército ruso, que podrían seguir afectando su capacidad para sostener una campaña efectiva en Ucrania.