La última fue una semana de intensa actividad política. El primer peldaño fue el cierre definitivo del caso Neurona. Podemos lo celebró, pero lamentando el daño «irreparable» provocado, y que hay que encuadrar -dijo- en la «guerra sucia” judicial y política contra la formación morada.
Fuentes del partido denunciaron que el caso ‘Neurona’ fue objeto de una cobertura mediática, «especialmente intensa» en periodos electorales, para añadir que Podemos era «el partido más perseguido e investigado de este país», pese a que nunca se había encontrado irregularidad alguna en sus cuentas. Por ejemplo, se le dedicaron numerosas portadas.
Los magistrados de la Sección 30 desestimaron el recurso presentado por Vox, tras concluir que el informe pericial en el que se basó el juez instructor para cerrar la causa era «concluyente»: «No solo es precio de mercado, sino que el precio (de lo contratado) es más bajo».
Dirigentes de Podemos afirmaron que el archivo del caso se había producido en medio del debate sobre la amnistía en el Congreso, para que «nadie se entere». Belarra denunció que el objetivo de esta causa siempre fue el «impacto mediático». «Mayúsculo entonces, mínimo ahora”.
«Después de años de lawfare contra Podemos, ¿quién reparó todo el daño que nos ha causado esa colaboración mediática-judicial?», apuntó el portavoz del partido, Pablo Fernández.
El Chivato ha consultado a varios periodistas que estos años han cubierto informativamente el caso Neurona. Varios de los reporteros consultados han defendido su actuación. Prefieren no responder a los dirigentes de Podemos, pero destacan que “una apertura de un caso es más noticia que un cierre”.
También señalan que no entienden esos ataques de los políticos, en un momento en el que tendrían que estar más pendientes del cierre caso. La mayoría se han limitado a defender la cobertura realizada, sin entrar en valoraciones de respuesta.
