En las mismas calles en las que hace un año el llorado Kelvin Kiptum acariciaba con 2.00.35 la hazaña de bajar de las dos horas en un maratón, su compatriota Ruth Chepngetich, de 30 años, entraba este domingo en la historia del atletismo y le ganaba la partida, de alguna manera, a sus colegas masculinos. Si ellos aún persiguen ese mito de romper la barrera de las dos horas, ella fue la primera mujer que rompió la de las dos horas y 10 minutos, igual de relevante. Con una marca descomunal de 2.09.56 borró el anterior récord mundial de la etíope Tigst Assefa por casi dos minutos. Y eso que en su día la marca de 2.11.53, conseguida en Berlín el pasado año, ya mereció calificativos mayúsculos.
Chepngetich protagonizó la carrera soñada en una prueba que ya había ganado en 2021 y 2022, año en el que había logrado la que era su mejor marca, 2.14.18, es decir más de cuatro minutos que su nuevo récord. Salió como perseguida por el diablo en busca de ese hito que se le había escapado en sus dos anteriores participaciones en Chicago. Hasta el kilómetro 10 (30.14) le acompañó la etíope Sutuma Kebede, al margen de sus dos liebres. El parcial ya era estratosférico y poco le aguantó su rival. El ritmo de la keniana era apabullante y pasó el medio maratón en 1.04.16, la quinta mejor marca de la historia en esa distancia. Si no desfallecía en la segunda mitad de la carrera, tenía un récord para la historia en sus piernas.
A un ritmo de 3.04 minutos por kilómetro
Y así fue. No le sucedió como en 2021 y 2022 cuando su ritmó bajó demasiado en los segundos 21 kilómetros. Con 1.05.40 en ese parcial llegó a la meta triunfadora con más de siete minutos de ventaja sobre Asefa. Cogió una bandera de su país y siguió corriendo como si aún le quedara gasolina después de su increíble hazaña. Había corrido un maratón a un ritmo de 3.04 minutos por kilómetro. Increíble.
“Estoy muy orgullosa. Era mi sueño y luché mucho pensando en el récord del mundo, que vuelve a Kenia y se lo dedico a Kelvin Kiptum”, dijo en la meta como homenaje a su compatriota, fallecido el pasado mes de febrero en un accidente de tráfico en Kenia.
Para hablar de la dimensión de la marca de Chepngetich basta decir que solo tres maratonianos españoles (Ibrahim Chakir, Hamid Ben Daoud y Ayam Lamdasen) han corrido este año en menos de 2.10. O que el récord de España de Tariku Novales (2.05.48) es solo cuatro minutos inferior. Se cumplen ahora 30 años del primer sub 2.10 español. Fue Antonio Serrano, hoy un reputado entrenador, que lo consiguió en Berlín con 2.09.13. Mucho antes, en 1967, un australiano nacido británico, Derek Clayton había sido el primer hombre en hacerlo, con 2.09.33 en Fukuoka (Japón).
Enorme mejora en los registros
Chepngetich, campeona mundial en Doha 2019 y que no fue seleccionada para los JJOO de París, reiteró la progresión que han alcanzado los maratones entre la élite de fondistas por el significativo aumento de los premios. La ganadora se llevó una bolsa de 100.000 dólares por su victoria más otros 50.000 por el récord de la prueba, y en su caso del mundo.
Los cambios en sistemas de entrenamiento, en la nutrición y en el material deportivo (con las placas de carbono en las zapatillas voladoras) han propiciado una enorme mejora en los registros. No hay que olvidar que el récord de la británica Paula Radcliffe, 2.15.25 en Londres 2003, se mantuvo intacto 16 años. Hasta 2019 cuando lo batió la keniana Brigid Kosgei, con 2.14.04, también en Chicago, convertida en la nueva meca de los 42 kilómetros y 195 metros. Han pasado cinco años y el recorte entre las mujeres ha sido de más de cuatro minutos.
«Hoy mi plan era batir el récord, no sé si en un futuro conseguiré bajarlo a dos horas y ocho minutos», avisó la nueva reina del maratón femenino. Ahora ya puede presumir de un tiempo para la eternidad y de haberse quedado a menos de 10 minutos de Kiptum, la menor diferencia de la historia en la tabla de récords masculino y femenino del maratón.
El impactante éxito de Chepngetich dejó en segundo plano la prueba masculina, que ganó otro atleta de Kenia, John Korir, que dominó con autoridad gracias a un excelente tiempo de 2.02.44 horas. El etíope Huseydin Mohamed Esa fue segundo con 2.04.39.