El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha iniciado formalmente este lunes las negociaciones con patronal y sindicatos para reformar el sistema de incapacidad temporal. Sin especificar todavía por escrito su propuesta y sin dar apenas detalles sobre la misma, el esquema con el que trabaja el Gobierno es que los trabajadores solo podrán volver progresivamente a su empleo tras una baja si ello mejora su recuperación.
La declaración de intenciones no ha acabado de calmar a los sindicatos, que han mostrado su enojo con cómo la Seguridad Social ha empezado a negociar esta cuestión y la «alarma social» que ello ha generado. La patronal, por su parte, ha apelado a la «discreción» y se ha comprometido a «trabajar por la mejora de la salud de las personas trabajadoras».
El encuentro de este lunes habia generado altas expectativas y tras cuatro horas de cónclave, en el que las partes también han debatido otras cuestiones, la concreción del Gobierno se destila a cuenta gotas. La ministra Elma Saiz ya adelantó en una entrevista en El Periódico de Catalunya que su reforma mantendría exclusivamente la competencia para dar esas altas progresivas en los médicos de la sanidad pública. Y no abriría esa potestad a los médicos de las mutuas o la sanidad privada, tal como históricamente ha pretendido la patronal.
Y este lunes el secretario de Estado de Seguridad Social, Borja Suárez, ha explicado que el acceso o no a ese modelo de reincorporación progresiva será por vía facultativa. Es decir, no será algo que dependa de la voluntariedad del paciente, sino que dependerá de si el médico considera que el retorno progresivo contribuye positivamente a la recuperación del paciente. «Queremos] favorecer una reincorporación gradual al puesto de trabajo que permita que esa recuperación de la salud tenga todas las garantías, sea, si cabe, más satisfactoria y que permita mejorar la salud de los trabajadores», ha afirmado
Otro cambio en la propuesta de la Seguridad Social es que esa reicorporación progresiva se iniciará desde el alta. Es decir, el médico deberá determinar que el empleado es apto para trabajar y desde ese punto permitirle reincorporarse poco a poco. Planteamiento diferente al que inicialmente hizo la ministra, que habló de crear una figura intermedia que «no sea estar de alta o estar de baja». Y que pudiere ser compatible con estar de baja para algunas actividades, pero no para otras.
Primera toma de contacto
La cita de este lunes ha sido una primera toma de contacto y los agentes sociales reclaman un detalle por escrito de esas intenciones por el momento solo verbalizadas. El secretario de políticas sociales de CCOO, Carlos Bravo, ha tachando de «frívolo e irresponsable» el primer anuncio de la ministra sin acompañarlo inmediatamente de una primera propuesta formal y ha avanzado que no avalarán «ningún sistema que empeore las condiciones de recuperación de ninguna persona que esté en recuperación».
«Se ha producido un cambio en el lenguaje, ya hablan de cuando el trabajador esté de alta», ha valorado la secretaria de política institucional de UGT, Cristina Estévez. Y es que inicialmente la ministra Saiz emplazó a la «voluntariedad» de los empleados el adelantar su incorporación tras una baja. «No podemos dejar eso al albur de que ningún trabajador se sienta presionado para volver al puesto de trabajo», ha reiterado la negociadora de UGT.
Desde la patronal CEOE, cuyo presidente, Antonio Garamendi, había dicho que le «gusta» el modelo que planteó Saiz, han llamado a la discreción en las conversaciones. «Las organizaciones empresariales vamos a trabajar por la mejora la salud de las personas trabajadoras y de la gestión de los procesos IT, con discreción y confidencialidad como siempre hacemos en el curso de los trabajos», afirman fuentes consultadas de la CEOE.