Las motos eléctricas van ganando calado en nuestras calles. Y buen ejemplo es la llegada de la Velca Vortex, la primera custom 100% eléctrica. Más de uno se puede estar rasgando las vestiduras ya que a priori custom y eléctrico suena a antítesis pero el éxito inicial de ventas le está dando la razón a la marca española. Vamos a conocer de cerca este nuevo fenómeno.
Porque en el mundo de las motos custom, donde la tradición y el rugido de los motores de combustión han sido protagonistas, aparece un nuevo jugador que rompe todos los moldes: la Velca Vortex, la primera custom eléctrica en España. Esta moto desafía las expectativas, fusionando la estética de las motos custom con la tecnología más avanzada de la movilidad eléctrica. Tras una primera toma de contacto, queda claro que la Vortex, equivalente a una 125cc, ofrece una experiencia de conducción completamente diferente, destinada a cambiar el concepto que tenemos de las eléctricas y de las custom.
Lo primero que destaca en la Velca Vortex es su diseño. Mantiene las líneas robustas y el carácter inconfundible de una custom inspirado en la Harley-Davidson Sportster, pero con detalles sutiles que nos recuerdan que estamos ante una moto del futuro. A pesar de que la ausencia del sonido del motor de combustión que podría hacer pensar en una pérdida de identidad en una custom, Velca ha conseguido que la Vortex mantenga esa presencia poderosa a través de su estética.
La posición de conducción es uno de los aspectos que más se aprecian en este primer contacto. Con los pies situados en los mandos avanzados, la postura es cómoda y relajada. El asiento, amplio y bien acolchado, junto con un manillar que ofrece un control firme, refuerzan esa sensación de comodidad. El detalle del freno trasero en la maneta izquierda, como en un escúter, resulta práctico y evita la sensación que transmite la ausencia de maneta en el puño izquierdo.
La Velca Vortex no solo impresiona por su estética, sino también por su rendimiento. Este modelo cuenta con tres modos de conducción, cada uno adaptado a diferentes necesidades. El primero de ellos ofrece una aceleración suave y una velocidad limitada para un uso urbano. El segundo modo, ideal para el entorno urbano, proporciona un equilibrio perfecto entre potencia y control, permitiendo moverse con agilidad en el tráfico. Para aquellos que buscan emociones más fuertes, el tercer modo despliega toda la capacidad de la moto, alcanzando una velocidad máxima de 130 km/h.
Uno de los puntos más destacados de la Vortex es su autonomía de 180 kilómetros, lo que la convierte en una opción más que viable para trayectos largos. Además, el tiempo de carga se sitúa en un rango competitivo gracias a su batería de ión-litio fabricada por CATL de 8,2 kWh, una garantía de fiabilidad que ya ha sido probada en otros modelos de la marca. Cuenta con un cargador integrado Tipo 2 de 1,8 kWh. El tiempo de recarga es de 4,5 horas.
Velca no ha escatimado en tecnología a la hora de diseñar la Vortex. Este modelo cuenta con ABS en ambas ruedas, lo que garantiza una frenada segura y precisa, incluso en situaciones de emergencia. Durante la prueba, se nota especialmente la efectividad del sistema en la rueda delantera, donde el ABS evita cualquier riesgo de bloqueo.
La marcha atrás, un detalle que puede parecer menor, es increíblemente útil para maniobrar en espacios reducidos o al aparcar en pendientes. Aunque la Vortex permite “hacer pie” con facilidad gracias a su baja altura, esta función adicional facilita enormemente las maniobras en el día a día.
Otro punto a destacar es la conectividad con el teléfono móvil. La Vortex permite al usuario monitorear diferentes aspectos del vehículo, desde el nivel de batería hasta la autonomía restante, a través de una aplicación. Esta conectividad incluye además la posibilidad de personalizar algunos parámetros de la moto, lo que añade un toque tecnológico que no suele verse en las motos de estilo custom. La integración con sistemas como Google Maps o Waze, a través de la pantalla, ofrece una experiencia de navegación mejorada, perfecta para quienes disfrutan de rutas más largas.
Impulsada por un motor con un pico de potencia de 13 kW, la Velca Vortex ofrece una experiencia de conducción sorprendentemente placentera. La entrega de potencia, propia de las motos eléctricas, es suave pero contundente. El hecho de no tener vibraciones, tan comunes en las motos de combustión, permite disfrutar del trayecto de una manera diferente, casi meditabunda. A velocidades más altas, la Vortex mantiene la compostura, con una aceleración lineal y suficiente estabilidad para largas distancias.
En entornos urbanos, la moto, de 196 kilos de peso, se siente ágil y fácil de manejar gracias a su bajo centro de gravedad. El segundo modo de conducción es, sin duda, el más adecuado para moverse por la ciudad, donde la combinación de suavidad y potencia moderada permite una experiencia sin sobresaltos. Además, su diseño compacto y la opción de marcha atrás facilitan enormemente el aparcamiento y las maniobras en espacios estrechos.
La Velca Vortex es una propuesta audaz en el segmento de las motos eléctricas. Su diseño custom, combinado con la tecnología eléctrica más avanzada, ofrece una experiencia de conducción que no solo es respetuosa con el medio ambiente, sino también cómoda y emocionante. Su autonomía de 180 kilómetros, junto con la velocidad máxima de 130 km/h y las opciones de personalización mediante la conectividad con el teléfono móvil, la colocan como una de las motos eléctricas más interesantes del mercado actual.
Aunque fue presentada en el VEM y ya hemos tenido la oportunidad de probarla, la llegada de la nueva Velca Vortex está prevista a lo largo de la segunda semana de diciembre. Su precio es de 7.290 euros y está disponible en color naranja, arena y negro. Por cierto, desde el anuncio de su lanzamiento se ha convertido en un éxito de ventas en el segmento eléctrico en España y ya han vendido las 80 primeras motos disponibles.