¿Qué significa para usted haber sido distinguido con el premio ‘Antonio Valero’ de Asaja?
Estoy muy contento. Es bonito que reconozcan el esfuerzo de toda una vida. Significa que todo el esfuerzo que hemos hecho mi familia y yo, desde que era muy joven, ha válido la pena. Hemos hecho muchos sacrificios invirtiendo en el campo el dinero que hacía falta para otras cosas.
José Antonio Román y Pedro Valero entregan el premio a Pedro Pascual / Matías Segarra
Sacrificio
Habla de sacrificio y esfuerzo. ¿Nunca llegó a permitirse algún capricho?
Nunca he tenido ni tiempo ni dinero para caprichos. Yo iba sobre la marcha atendiendo las necesidades del día a día. Si llegaba el momento y podía sustituir la canalización del riego colocando tuberías y portones de hormigón en las acequias de tierra, pues lo hacía. Invertía todo lo que ganaba en aquello que me permitiera mejorar los cultivos. Y junto a ello había que comer, que eso no se podía dejar, así que caprichos bien pocos.
¿Cuál de las inversiones que realizó le supuso una mayor satisfacción?.
La inversión más grande que hice fue un invernadero de más de mil metros y un embalse que le cabían 30 horas de agua, de forma que cuando faltaba agua me permitía sacarla de ahí. Este fue uno de los primeros embalses que se hizo en el campo de Elche. Lo mismo que fui de los primeros en hacerme con un caballo y un carro, porque con la bicicleta no se podía transportar nada. De esta manera, poco a poco, fui aumentando el presupuesto que destinaba a la agricultura y el resultado era que sacábamos ventaja porque la producción salía mejor.
¿Ha cambiado mucho el campo en las últimas décadas?.
Ha cambiado muchísimo, sobre todo que los jóvenes ahora no se sacrifican tanto. Ahora se van a la universidad y lo pasan bien. Y es porque los hemos hecho cómodos. Ahora tienen dinero para gastar. Los de mi época lo que ganábamos se lo dábamos a las madres porque si no, no podían parar la mesa.
¿Y cómo ve el futuro del campo de Elche ?
Pues lo veo muy mal. Naturalmente me da pena que se pierda el trabajo en el campo porque… ¿de dónde venimos?. Venimos del campo, de lo que se produce en él. Es muy triste que ahora una persona sola no pueda vivir como agricultor, es necesario que se una a otras personas para poder desarrollar un pequeño negocio. No obstante, mi hijo es agricultor y estoy muy orgulloso de él.
Y en cuanto a los productos del campo, ¿han cambiado?
Los sabores de la agricultura de antes eran mejores que los de ahora. Aunque es verdad de que un tiempo a esta parte se tiran menos venenos, se fumiga menos que antes. Hubo una época que las plagas nos comían.