Novillero
El flamante ganador del Circuito Valenciano de Novilladas de la Comunidad mira feliz al futuro tras el triunfo del pasado domingo en Villena. Entre sus objetivos está el de convertirse en matador de toros en su tierra, un sueño que ahora ve más cercano
Tras la euforia siempre llega la calma. Ser ganador de un certamen taurino debería tener consecuencias positivas a corto o medio plazo. Por ejemplo, poder torear en Alicante, Valencia o Castellón, entrar a formar parte de otros circuitos taurinos o tomar la alternativa en tu tierra. Ese sería el verdadero premio y Borja Escudero lo sabe bien. Con las ideas muy claras y apoyándose en su mejor arma, su manera de torear, a sus 23 años enfila los meses más bonitos de su vida desde que decidió convertirse en torero.
Cuénteme cómo se siente tras ganar el certamen…
Pues si te digo que muy feliz, me quedo corto. Ahora me doy cuenta de lo importante que es el sacrificio y el esfuerzo cuando te lleva a un triunfo como este. Lo que espero y deseo es que me sirva para algo en mi carrera como torero, que pueda torear más y crecer cada día.
En su caso el mérito es doble porque, pese a ser el ganador, ha sido uno de los novilleros que menos había toreado…
La verdad es que no sé lo que han toreado los demás, yo sí sé que he toreado muy poco. He hecho todo el campo que he podido hacer, el que me han podido buscar mi padre y mis amigos, pero lo cierto es que de luces nada o casi nada. Por eso también participé en el certamen muy tranquilo, ya que no tenía nada que perder y sí mucho que ganar.
Se supone que ahora, tras alzarse ganador, tiene que torear mucho más que antes…
Eso sería lo lógico. Los novilleros con caballos estamos en el peor lugar del escalafón, porque en las ferias cada vez hay menos novilladas y no hay sitio para todos. El campo también está muy reservado para los matadores de toros, así que el panorama es complicado y muchas veces te desanimas. La verdad es que nadie más ha dicho cuáles serán las ventajas de ser el ganador, pero lógicamente para mí el mejor premio sería tomar la alternativa en Alicante, cuando llegue el momento.
Pero para llegar a poder tomar la alternativa hay que torear un gran número de novilladas antes. ¿Tiene usted apoderado?
La verdad es que no. A mí me está ayudando mi padre, que es matador de toros, y sus amigos. Nadie más. Ellos me buscan el campo y los poquitos festejos que he podido torear. Es lo único que tengo ahora mismo. Eso y todas las ganas del mundo.
Ha hablado usted de su padre, el matador de toros Ramón Escudero. ¿Le gustaría que su padre le pudiera dar la alternativa en Alicante?
Ojalá me la diera, ese sería el día más bonito de mi vida. Imagínate, mi padre convirtiéndome en matador de toros y en nuestra tierra, un sueño cumplido. Piensa que yo no lo pude disfrutar en activo como matador de toros, apenas lo recuerdo. También te digo que sé que él es capaz de reaparecer para darme la alternativa (risas). No sé si será posible, pero me gustaría mucho…
¿Recuerda algún consejo especial de su padre?
La verdad es que me da muchos. Tal vez el más importante es que no deje de creer en mí y que toree con el corazón. Si eso soy capaz de hacerlo todo irá bien y el público se emocionará. Eso lo tengo muy presente.
¿Y su día a día ha cambiado en algo tras el triunfo del certamen?
La verdad es que aún no he notado ningún cambio, todo está muy reciente todavía. Yo sigo trabajando como antes, sigo con mi rutina de entrenamientos y con mi preparación. Si cabe, la preparación ahora es más dura porque aquí no se regala nada. La única diferencia con lo anterior es que ahora todo lo hago con más ilusión y esperanza y muy orgulloso de seguir luchando hacia el sueño de ser figura.
¿Le ha enseñado algo este certamen?
Pues la verdad es que mucho. Sobre todo, me ha enseñado a saber esperar, a tener paciencia y a no tirar la toalla. Luego el convivir con mis compañeros y medirme con novilleros de escuelas de Valencia y Castellón también ha sido un gran aprendizaje. Lo más importante es saber que el camino hacia los sueños es largo y que las cosas buenas, a veces, se hacen esperar.
Hablando de su manera de torear, ahora mismo tiene a la afición deseosa de volver a verle. ¿Eso no debe ser fácil de conseguir?
Pues si eso es así, me llena de alegría. La verdad es que yo no toreo pensando en eso, lo hago sacando lo que llevo dentro y siendo fiel a mi concepto del toreo clásico. Si eso gusta y emociona, entonces es que voy por el buen camino. Mi próxima novillada será el domingo 27 en Sanlúcar de Barrameda. Allí nos juntaremos los ganadores de los diferentes certámenes de España y ahí volveré a darlo todo. No hay otro camino. Eso sí, lo hago con una gran felicidad por haber ganado este gran certamen.