El 12 y el 16 de octubre de 2023 son fechas marcadas en negro en el calendario. Hace ahora un año Córdoba se volcó con la búsqueda del joven Álvaro Prieto, que tras una noche de fiesta con sus amigos en Sevilla no regresó a casa aquel 12 de octubre. Cuatro días después, la capital cordobesa lloró su pérdida, tras confirmarse el peor de los finales posibles. Cien horas de búsqueda, cien horas de angustia y desesperación, que llegaron a su fin de manera inesperada cuando un cámara de TVE descubrió el cuerpo mientras realizaba un directo desde la estación de Santa Justa. El cuerpo sin vida de Álvaro quedó a la vista cuando se precipitó desde el techo de uno de los vagones por el movimiento del tren.
Unos meses después, en enero de 2024, el Juzgado de Instrucción número 11 de Sevilla archivaba el caso y dictaminaba que la muerte se produjo por electrocución. Del resultado de las diligencias de instrucción practicadas se desprendía que “no existen indicios de la comisión de ilícito penal alguno, y en el que intervinieran de forma intencionada o imprudente terceros en el fallecimiento” del joven.
A las conclusiones del juez ayudaron la grabación del suceso por una cámara de vigilancia, pues una vez que se localizó el cadáver, los investigadores acudieron a una gasolinera cercana donde hay cámaras de seguridad y pidieron visionar las imágenes. Ahí pudieron ver no solo al chico cordobés subido al techo del tren, sino también cómo cayó fulminado.
Los hechos
Álvaro Prieto murió el mismo día en que se denunció su desaparición. El joven debía coger un tren de vuelta a Córdoba sobre las 7.20 horas del día 12. Minutos antes, había enviado un mensaje a sus padres indicándoles que ya se dirigía hacia la estación. Sin embargo, su teléfono móvil se quedó sin batería y dejó de estar operativo a partir de ese momento.
Sin billete y sin posibilidad de comunicarse con sus padres, el joven trató de colarse en otro tren, más de una hora después, pero fue expulsado por la seguridad del mismo. Fue visto por una persona sobre las 10.30 horas dirigiéndose hacia el barrio de Las Huertas por la avenida de Kansas City. Y, desde ese momento, se perdió la pista del joven.
Un joven muy querido
Álvaro era alumno en la Universidad de Córdoba, donde acabada de conseguir plaza en la Escuela Politécnica Superior para estudiar Ingeniería Mecánica. Antes, había estudiado en el Colegio de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, donde la noticia cayó como un mazazo.
El mundo del fútbol también lloró su pérdida. El joven cordobés jugaba en el Córdoba Club de Fútbol juvenil, por lo que su recuerdo estuvo presente en todos los campos en los que compitió aquellos días un equipo del Córdoba CF.
El mundo cofrade también lloró la pérdida
El último Lunes Santo en Córdoba, la hermandad de La Sentencia fue, junto al Vía Crucis, la única que retó a la lluvia y salió de su templo, y uno de los momentos más especiales estuvo en la ‘levantá’ dedicada a la madre de Álvaro Prieto, que se encontraba junto al paso. Y es que la familia de Álvaro forma parte de la Hermandad de la Sentencia de Córdoba. De hecho, desde su desaparición, el mundo cofrade en Córdoba se volcó con oraciones y celebrando misas para rogar por el regreso de Álvaro a casa. Pero el final, desgraciadamente, fue otro.
Álvaro Prieto dejó una profunda huella en quienes le conocieron. Su recuerdo sigue muy vivo un año después de su trágica muerte.
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