Los datos, pese a complicaciones de las autoridades de Estados Unidos para recopilarlos de forma unitaria y completa, no mienten: el crimen, que se disparó tras la pandemia, ha bajado en los últimos años en el país. Aunque en casos de algunos no violentos como el de los hurtos en tiendas hay picos, en la mayoría ha vuelto a los niveles de 2019 y se está muy lejos de los peores días de los años 80 y 90 del siglo pasado.

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