Termina la tercera jornada del Rocanrola y, a falta de saber datos oficiales por parte de la organización, lo que parece evidente es que un evento como este hace mucho por la economía local. Porque son miles de personas provenientes de otras partes de España, concretamente un 70% según estimaciones internas, listas para consumir en Alicante.
El principal problema es que es un festival y, como tal, debe contar con artistas posicionados a unas horas indecentes, es el caso de artistas como Luisaker o K1za. El primero, una de las grandes propuestas artisticas que hay en Alicante, un rapero nacido de las batallas de gallos que ha sabido crear un sonido propio que le caracteriza y le diferencia del resto. La segunda, por su parte, es unas de las artistas con más proyección a nivel nacional, marcada por una voz rasgada que es única en el género.
Pero nada se puede hacer cuando el resto de cartel está compuesto por artistas como Lia Kali, Ayax, Kaze, Delaossa o Blake. Un cartel que reúne a lo mejor de la escena y que, por tanto, es normal que se repita año tras año. Mientras el Rocanrola exista, hay ciertos artistas que seguirán subiéndose a su escenario, siempre y cuando no amenacen con retirarse como Toteking y SFDK. Ambos, presentes en la tercera jornada.
Toteking mezcló temas de su último disco «Luces fuera» con clásicos que han cimentado su carrera a base de fardar de bambas, dar cátedra sobre baloncesto y tener un carisma que se le cae por los cuatro costados. Y tener al lado a alguien como Enjoy Canoa ayuda. También aparecieron por allí Reality y los ya fijos Ill Pekeño y Ergo Pro, haciendo más grande un concierto que, si bien comenzó con un sonido malo, acabó calibrandose con el paso del tiempo.
Por lo que respecta al concierto de SFDK, lo vi más apagado que en otras ocasiones. Así como en la pasada edición fue la actuación con más fuerza de todo el festival, la de esta se sucedió como una interpretación de grandes himnos que pasaron sin mucha efusividad. «Un pobre con dinero», «Lucifer» y «Todo lo que importa» abrieron la veda de una actuación que repasó una historia que cumple 30 años de aventuras. Tres décadas que Zatu y Acción Sánchez han dedicado a crear canciones que perduren con la ayuda escénica del siempre preciso Legendario.
Perdieron también la oportunidad de hacer varias colaboracion con Lia Kali, Sara Socas o Kaze, pero finalmente solo salieron unos Falsalarma que acababan de sudar de lo lindo en su concierto minutos antes. Fue una actuación que, posiblemente, sea la última que se vea de ellos por estos lares, al menos por un tiempo largo. La música se quedará un poco huérfana, pero dejarán su espacio a otros MCs que vienen pegando fuerte por detrás.
La velada seguía con una retahíla de actuaciones que no tenían nada que envidiar a las anteriores. Un Delaossa que se ha convertido por méritos propios en un nuevo clásico. Y tras él otros artistas como el cartagenero Kaze, los canarios Sara Socas y Abhir o la rabia catalana de Santa Salut. Toca rezar por tener noticias del Rocanrola el año que viene y, si es posible, con un recinto más grande que no les corte las alas. Unas alas que vuelan muy alto.