«Reclamaré a Europa el respeto a nuestras decisiones“, aseguró el primer ministro polaco, Donald Tusk, tras anunciar una, suspensión temporal“ del derecho de asilo. «Tenemos que recuperar el 100 % del control de quien puede y quien no puede ingresar en nuestras fronteras“, prosiguió, en un acto de su partido, la Plataforma Cívica (PO). El propio Tusk presentará los detalles de su llamado Plan de Seguridad el próximo martes.
Con su decisión pretende frenar la migración irregular a través de Bielorrusia, aseguró. Varsovia acusa a Minsk de practicar una ‘guerra híbrida‘, consistente en empujar hacia su territorio a miles de migrantes con fines desestabilizadores. Su propósito es crear inseguridad no solo en Polonia, sino en el conjunto de la UE. Esta estrategia parte, según Varsovia, del presidente ruso, Vladímir Putin, y su ejecutor es su correligionario y aliado bielorruso, Aleksandr Lukashenko. Esta acusación polaca se originó bajo el anterior gobierno, dirigido por el ultranacionalista partido Ley y Justicia (PiS), y se mantiene ahora bajo el europeísta y liberal Tusk.
Polonia y la República Checa exigieron esta semana a Bruselas un giro en el pacto migratorio, que debería entrar en vigor en 2026, y recordaron la enorme contribución de sus países a la acogida de ucranianos. Tusk añadió ahora que no piensa implementar ni cumplir ninguna orden procedente de Bruselas que ponga en peligro la seguridad de su país. Su propósito es «reducir a mínimos“ la migración irregular, para lo que promete actuar «con mano dura“ frente a Bruselas.
Polonia, como la República Checa, están entre los países que el pasado miércoles suscribieron una declaración conjunta a favor de un endurecimiento de la política migratoria de la UE y de agilizar las expulsiones de migrantes sin derecho al asilo.
Polonia implantó las primeras restricciones al acceso a la franja fronteriza con Bielorrusia en 2021, al surgir las primeras acusaciones polacas de ‘guerra híbrida’. Varsovia estima que desde entonces ha habido unas 100.000 tentativas de entradas irregulares en su país. A estas cifras se suman las procedentes de Letonia y Lituania, con otros 25.000 casos cada uno. Las autoridades polacas alertaron a finales de septiembre de que los intentos de ingresar en su territorio se habían incrementado este 2024 en hasta un 70 % respecto a los del año anterior.