- El rey habló con la ministra y el JEMAD
- No tocó la Banda de Guerra de la Legión
- Indignación con quien dio la orden
- “Con la Legión no acabará nadie”
- “Obedecerá hasta morir”
“A 160 pasos por minuto y un solo corazón, como un huracán de guerra así desfila la Legión”.
Con esta frase se explica el paso específico de las unidades de la Legión cuando participan en desfiles.
El paso ordinario de las unidades militares es de 120 pasos por minuto. Así marchan el grueso de las unidades de las Fuerzas Armadas en las dos grandes exhibiciones anuales: la del Día de las Fuerzas Armadas (a principios de junio, y va cambiando de ubicación por España), y la de la Fiesta Nacional del 12 de octubre (en Madrid).
Al final del desfile a pie del 12 de octubre pasan unidades de paso específico. Las unidades de la Legión desfilan a 160 pasos por minuto, marcados por el ritmo de su banda de guerra, con el braceo también característico.
Les siguen las unidades de Regulares, que por contra van más lentos del paso ordinario: en vez de 120, hacen 90 pasos por minuto.
Para ajustar esos distintos ritmos, se deja espacio entre las agrupaciones finales del desfile a pie, para que legionarios y regulares puedan lucir ese paso específico que es parte de su idiosincrasia.
El rey habló con la ministra y el JEMAD
El desfile de este 12 de octubre de 2024 estuvo condicionado por la meteorología. Las nubes bajas provocaron que se tomara la decisión de cancelar el desfile aéreo de aviones y helicópteros del Ejército del Aire, el Ejército de Tierra, la Armada… y también suprimir el salto de exhibición de la Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire (Papea) con la bandera de España.
El chaparrón que caía sobre Madrid motivó escenas poco usuales. La reina Letizia, y después el rey Felipe y la princesa Leonor, dejaron su puesto adelantado en la tribuna de autoridades y se resguardaron más atrás, y el rey habló con el presidente del Gobierno, con la ministra de Defensa y con el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD).
Parecía que se estudiaba la situación ante la fuerte lluvia que caía sobre la zona de Madrid donde se desarrollaba el desfile.
Finalmente, los reyes y la princesa regresaron a sus asientos (la reina se sentó más atrasada), pero el desfile terminó antes de lo normal.
Uno de los cambios fue que ni los legionarios ni los regulares desfilaron a su paso específico, sino al ordinario del resto de unidades.
A pesar de las inclemencias del tiempo y a paso ordinario, las Unidades desfilaron para celebrar el día de las FAS. pic.twitter.com/6rfbgGy6bs
— Amigos del 3º Tercio (@3_Tercio) October 12, 2024
No tocó la Banda de Guerra de la Legión
Confidencial Digital ha podido comprobar que durante este 12 de octubre, tras el desfile, circularon comentarios de enfado, decepción, indignación entre legionarios, y también entre regulares, por no haber podido desfilar a su paso específico.
ECD ha podido conocer la reacción de legionarios de la VIIª Bandera ‘Valenzuela’, del Tercio ‘Don Juan de Austria’ 3º, cuyas segunda y tercera compañía desfilaron en Madrid, junto con el mando y plana mayor del Tercio 3º, la escuadra de gastadores y la banda de guerra.
También ha recabado la versión de otros legionarios, así como de mandos del Ejército de Tierra con vínculos con la Legión.
El enfado se extendió entre muchos de los legionarios que desfilaron, y otros muchos que siguieron el desfile por la televisión, o que tuvieron conocimiento de lo sucedido. También entre regulares, que se vieron igualmente afectados: en su caso, no pudieron ir a 90 pasos por minuto.
La versión que ha circulado es que los responsables del desfile dieron orden de que Banda de Guerra de la Legión no tocara.
La megafonía que se coloca a lo largo del recorrido del desfile emite una marcha militar, que marca el paso ordinario de 120 pasos por minuto para casi todas las unidades.
En estos desfiles, la Banda de Guerra de la Legión toca para marcar su propio ritmo, a 160 pasos por minuto. Pero en esta ocasión se silenció la Banda de Guerra: los músicos no tocaron las cornetas ni los tambores, para que los legionarios siguieran el ritmo del resto de unidades, y lo mismo ocurrió con el Tabor ‘Tetuán’ I/54 del Grupo de Regulares nº 54 de Ceuta.
Por ello, desfilaron a paso ordinario (120 pasos por minuto) por delante del rey, y así les captaron las cámaras de televisión.
Indignación con quien dio la orden
“Golpe bajo”, “putada”, “muy cabreados”… expresiones como esta y otras similares utilizaron las fuentes consultadas por ECD, para definir el sentimiento ante lo sucedido de muchos legionarios, de la VIIª Bandera ‘Valenzuela’ y de otras unidades de la Legión.
Se sentían ofendidos porque les hubieran impedido desfilar a su paso específico. Hay quien apunta que el acto del 12 de octubre se prepara durante días, semanas previas, en los que los legionarios que van a desfilar por Madrid ensayan a 160 pasos por minuto, subiendo y bajando el brazo derecho, todo a un ritmo mucho más demandante físicamente que el paso ordinario.
Todo para que, a su juicio, se les impidiera exhibirse como era debido para que no se mojaran “los de arriba”.
En numerosos foros militares circularon vídeos, por ejemplo de guardias reales desfilando con la agua por encima de los tobillos, para apuntar que los militares aguantaban en sus puestos, mientras la Familia Real, los políticos y los altos mandos querían acortar el desfile para dejar de mojarse.
Algunas voces apuntaron hacia quien mandaba el desfile: por turno rotatorio, le tocaba este año al general jefe de la Brigada ‘Almogávares’ VI de Paracaidistas (Bripac) del Ejército de Tierra, general de brigada Luis Jesús Fernández Herrero. Acusaron a este general de ser el responsable último de que se diera la orden a legionarios y regulares de seguir el paso ordinario para agilizar el desfile.
Hay que apuntar que, una vez ya pasada la tribuna de autoridades, hacia el final del desfile los mandos de la Legión sí dieron orden a la Banda de Guerra de tocar, y aceleraron hasta llegar a su ritmo de 160 pasos por minuto, por lo que algunos asistentes sí les vieron a ese paso acelerado.
“Con la Legión no acabará nadie”
Si bien lo atribuían a un empeño por terminar cuanto antes el desfile, algunos legionarios hicieron una interpretación algo más profunda sobre este suceso.
Lo veían como un intento de algunos altos mandos de “atar en corto”, incluso “humillar” a la Legión.
— “Qué vergüenza lo que hacen con nosotros”.
— “Digan lo que digan y hagan lo que hagan, la Legión sigue su marcha por mucho que algunos se empeñen en destrozarla”.
— “Con la Legión no acabará nadie, se pongan como se pongan”.
Incluso algunos recordaron crisis como la de los años 80, cuando circuló la idea de disolver la Legión por incidentes protagonizados por legionarios en Fuerteventura.
“Obedecerá hasta morir”
Este episodio provocó que algunos legionarios, también de la VII Bandera, reivindicaran su ritmo de 160 pasos por minuto: “Yo tuve la suerte de desfilar en La Castellana a 160 pasos por minuto. Que no nos quiten lo nuestro”.
Para deslizar su enfado, pero al mismo tiempo señalar que su obligación como militares es acatar las órdenes, algunos optaron por difundir mensajes con ‘el espíritu de disciplina’, del Credo Legionario, que dice así: “Cumplirá su deber, obedecerá hasta morir”.