Los grandes cárteles de la droga latinoamericanos buscan rutas alternativas menos vigiladas desde donde poder enviar camuflada en contenedores la mercancía hacia Europa, principalmente a los puertos de Róterdam y Amberes, las principales puertas de acceso de la cocaína que se consume en el viejo continente. Una de las regiones afectadas por la presencia del narcotráfico transnacional es Centroamérica, en países como Honduras, Guatemala, Nicaragua o Panamá. Recientemente a la lista se ha incorporado Costa Rica, el paraíso tropical punto de llegada de gran cantidad de turistas y considerado hasta hace poco un remanso de paz. Hasta el año pasado se mantenía en el puesto número 12 del ranking de los países más felices del mundo.

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