Las aguas de la playa de Sablón, en Llanes (Asturias) «escupieron» este viernes un calamar gigante, que ha sido localizado varado en la orilla de este arenal.
Se trata de un hallazgo inusual, ya que, según explica el experto Luis Laria, presidente de la Coordinadora para el Estudio y Protección de las Especies Marinas (Cepesma), esta especie, conocida como Architeuthis Dux, tiene escasa presencia en todo el mundo, y su probabilidad de que aparezca se reduce a zonas del Cantábrico y Nueva Zelanda.
Según este naturalista, el animal marino que varó en este arenal asturiano es como los calamares gigantes que el escritor francés Julio Verne inmortalizó en su famosa novela ‘20.000 leguas de viaje submarino’, cefalópodos que viven en las grandes profundidades, frente a la costa asturiana, como la sima de Carrandi.
También la costa viguesa luce un ejemplar, aunque éste de bronce, sobre cuyos tentáculos está sentado el escritor francés en la escultura homenaje que fue realizada por el artista vigués José Molares, y donada a la ciudad olívica.
Conocidos como ‘kraken’, que significa ‘monstruo marino’
Pero es ese rincón del mar Cantábrico, el que es conocido en todo el mundo por tener uno de los escasos santuarios de calamares gigantes del planeta, conocidos como ‘kraken’, palabra noruega que significa ‘monstruo marino’.
El Cepesma solo conserva 21 ejemplares de esta especie y una de sus características más reseñables, según detalla Laria, es su considerable tamaño que puede alcanzar desde los seis a los 17 metros. También apunta que este gran cefalópodo no es apto para el consumo humano al ser altamente tóxico, por el elevado porcentaje de amoniaco en su masa muscular.
Técnicos de Medioambiente del Principado de Asturias y operarios municipales ya han retirado de la playa este calamar gigante, según ha informado el ayuntamiento de Llanes.
Una ballena en Sanxenxo
Entre los episodios más insólitos sobre varamientos de especies marinas en las costas españolas, destaca el ocurrido esta semana Sanxenxo. Hasta una de sus playas llegó el pasado miércoles una ballena, arrastrada por la borrasca Kirk, en avanzado estado de descomposición, que provocaba un fuerte olor perceptible desde metros de distancia.
El enorme ejemplar era de una hembra, de aproximadamente 15 toneladas y 18 metros de largo y este pasado jueves fue retirado por una empresa de Ribeira, labores que se prolongaron durante unas cuatro horas.