Pedro Sánchez se reunió este jueves con tres presidentes autonomicos: Fernando Clavijo (Canarias), Jorge Azcón (Aragon) y María Chivite (Navarra). Con la socialista, la cita fue más bien de cortesía: es subordinada en el partido y con ella no va el asunto de la financiación autonómica. Al popular lo despachó con mucha educación y pocos compromisos: de la lista de 13 exigencias con la que llegaba, sólo le atendió (y poco) la de aumentar las ayudas laborales en Teruel. Pero al canario lo trató de seducir con más de 400 millones de euros.

Ése es el precio en el que Sanchez valora el voto en los Presupuestos de Coalición Canaria (CC), el partido que lidera Clavijo. ¿Cuánto dinero dicen las cuentas de este año el Estado debería transferir a las islas? «Son alrededor de 400 millones, presidente», dijo el canario. Pues «ya están todos en tramitación», repuso el madrileño.

A saber, 80 millones en inversiones, otros 30 millones en políticas de fijación de la población, más de 45 millones para políticas de empleo, los 30 millones presupuestados para impulsarlo en la golpeada isla de La Palma… «Y los 50 millones que ofrecí a las islas para la cuestión migratoria», apuntó el presidente del Gobierno, recordando su última cita, el pasado agosto.

«No, presidente, ya son 160 millones, y están todos certificados», replicó de inmediato Clavijo.

El empeño de Sánchez en congraciarse con el líder insular es tal, que su respuesta fue mucho más esperanzadora que la de hace mes y medio.

Entonces, Moncloa sugirió a Clavijo que si quería cubrir todos sus gastos hasta la fecha, causados por los más de 32.000 migrantes llegados a las islas en lo que va de año, y los 6.000 menores no acompañados que ya se le «hacinan» en los centros de acogida, debía separarse del Partido Popular, con quien el PSOE no halla puntos de encuentro políticos.

Este jueves, no hubo nada de eso. Al contrario, Clavijo volverá inminentemente a Madrid, previsiblemente la semana que viene, para reunirse personalmente con la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, para cerrar la transferencia económica del apoyo del Estado a Canarias. Según fuentes conocedoras, es poco probable que se llegue a esa enorme cantidad de dinero, que ha dejado las arcas insulares «con telarañas», pero «le andará cerca».

En total, pues, Sanchez transferirá a las islas entre 400 y 500 millones «antes de que acabe el año».

Porque el líder de Coalición Canaria (CC) tiene dos cosas que quiere el presidente del Gobierno: la primera, una alianza con el Partido Popular en Canarias, que querría romper. Y la segunda, un voto en el Congreso, el de la diputada Cristina Valido, que vale su peso en oro si, finalmente, Montero se atreve a llevar unos Presupuestos al Congreso.

«Tratamiento singular» a Canarias

El presidente ya logró el voto de Coalición Canaria en la investidura, a cambio de firmar a llamada «Agenda canaria». Y de esos compromisos nacen estas deudas. Porque Clavijo pidió este jueves un gesto de «buena voluntad» a cambio de que le pidan la suya.

El PSOE logró en noviembre de 2023 que una formación que gobernaba con el PP (y lo sigue haciendo) en su región, que había votado a favor de la «investidura fallida» de Alberto Núñez Feijóo dos meses antes, y abiertamente contraria a la amnistía, votara a favor de la reelección de Sánchez.

Y lo consiguió a pesar del enfrentamiento con el PSOE insular. Porque los nacionalistas canarios habían desalojado a los socialistas del Gobierno en las elecciones regionales de hace ahora año y medio, con enorme enfado por esa «traición» del entonces presidente, Ángel Víctor Torres.

El hoy ministro de Política Territorial estuvo presente en la reunión y fue quien le dio la réplica a Clavijo en la rueda de prensa posterior, en Moncloa. Pero ni él ni el nacionalista canario explicaron ante los medios, realmente, la intrahistoria de la cita.

A pesar de la crisis migratoria irresuelta, de los reproches cruzados, las negociaciones rotas, los requerimientos de la Fiscalía y los protocolos recurridos ante el Constitucional, Sánchez preguntó a Clavijo qué haría falta para volver a ser amigos… 

Respecto a la crisis migratoria, Clavijo esta ahora en una situación incomoda. No puede arremeter de frente contra el PP, con quien gobierna, pero le reprocha a Miguel Tellado el «enorme error», según fuentes cercanas al canario, de haber suspendido las negociaciones con el Gobierno.

El líder insular reclamó al presidente del Gobierno un «tratamiento singular» para las islas, como región fronteriza, a la que se debe reconocer circunstancias distintas de las peninsulares in costa cuyas playas no na al sur.

Sánchez, escaldado por los últimos desplantes de CC en el Congreso, que le han hecho perder votaciones clave, no sólo ofreció la reunión con Montero para contentar a Clavijo y rellenar sus arcas. También prometió un esfuerzo para buscar el acuerdo con los populares «por el bien de los menores no acompañados».

El voto clave de CC

Hace algo más de un mes, este diario informaba de que Pedro Sánchez había urdido una compleja estrategia para vincular la negociación de los Presupuestos con la del concierto catalán, financiación autonomica y la reforma fiscal que tiene pendiente con la UE para tratar de no perder a sus socios. A los pocos días, Moncloa anunció ronda de «reuniones bilaterales» con los presidentes autonómicos, algunos de ellos después de seis años de espera.

Ése era el primer eslabón de una cadena de acontecimientos, precedida del desafío del presidente al Congreso, cuando en su discurso ante el comité federal del PSOE, afirmando que estaba dispuesto a gobernar tres años más «con o sin el concurso del Legislativo». Y seguida de los gestos evidentes de que «Sanchez quiere sacar los Presupuestos de 2025 ante todo y frente a todo», según explica a este diario una fuente cercana al líder socialista.

De la reunión con Sanchez, Clavijo salió con la promesa millonaria a cambio de su voto presupuestario que, dada la precariedad parlamentaria de Sanchez podría ser decisivo.

Los siete votos de Junts son la clave. Pero los de Carles Puigdemont, enfadados con la inefectividad de la amnistía para su jefe, tampoco pueden permitirse hacer caer a Sánchez… ni, tal vez, votar en contra de unas cuentas públicas que son clave para la soberanía fiscal catalana.

La «financiación singular» se la prometió Sánchez a ERC, pero la lleva reivindicando a derecha independentista desde los tiempos de Artur Mas.

Así que una abstención de los siete de Junts convertiría el voto de Valido en la clave de que haya Presupuestos de 2025. Y con ellos, la garantía de una legislatura larga para Sánchez, que ayude a que se desbloquee el olvido penal a Puigdemont.

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