En la era de los influencers aún es sorprendente conocer a uno que no quiere que se vea su rostro o dejar su trabajo. Es el caso de Alex, más conocido como @alexsinos, un asturiano muy asturiano de 41 años que desde hace algunos años suma una enorme comunidad de «hermanas», como él llama a sus seguidores. Más de 250.000 personas están atentos a sus contenidos de actualidad y su análisis de la vida en internet. Todo ello sin haber enseñado nunca su rostro, porque cuando tiene que aparecer en pantalla lo hace con una máscara. Ahora saca un libro que no podía identificarse mejor con su contenido: se llama Recordar el ayer y es un recorrido por la cultura popular de los 2000.
Año a año, Alexsinos repasa todos los grandes eventos de la cultura pop desde el 1 de enero de 2000 hasta el 2020 y el comienzo de la pandemia. Recordar el ayer es una especie de enciclopedia donde echar la vista atrás con el marcado sentido del humor que caracteriza a su cuenta. Por lo tanto, la conversación que tuvo con El Independiente en las oficinas de Planeta estuvo marcada por la misma simpatía y rapidez. Alex estudió publicidad y conoce bien el mundo en el que se mueve, porque a pesar de su éxito en redes sociales sigue compaginándolo con un trabajo de 9 a 19. Y prefiere que sea así, incluso si ya le llegan suficientes oportunidades como para dedicarse totalmente a la profesión de influencer.
El Independiente: Por supuesto, Recordar el ayer es muy divertido. Aunque no sea una historia sino una enciclopedia has conseguido transmitirle tu humor.
Alexsinos: Sí, tú te coges un día el salón de casa y piensas «voy a ver qué pasó en el 2011 porque fue un año muy importante para mí». O típico que estás de cañas en casa y te pones a hablar con tus amigos de Chenoa o de Operación Triunfo y te vas a por el libro. Como cuenta el libro, Chenoa ha evolucionado tanto para bien que hay una gran injusticia en la historia de España que es ¡¿por qué no estuvo entre los tres finalistas?! Hay muchos temas para debatir entre amigos en este libro.
EI: ¿Cómo surge para ti preparar este libro?
A: Mira, la manera más fácil de entender Recordar el ayer es como si yo, Alexsinos, hubiese comentado todo como lo comenta en redes, desde el 1 de enero del 2000. Es casi como un regalo para mí y para mis seguidores. Nosotros llegamos aquí desde el 2020, pero tenemos callo y sabemos de esto, así que vamos a ver cómo lo hubiésemos comentado, ese es el libro tal cual. Se aplican todas mis palabras habituales, como el salirse del guacal [se va de las manos] o la DK [la decadencia].
Y todo eso se aplica a aquella época, no son solo salseo y realities, también hay música, cine, tendencias… es cómo la sociedad ha evolucionado y sus comportamientos han cambiado. Porque hemos pasado del analógico a lo digital en estos años, que es verdad que ya se han contado mucho y de muchas maneras, pero el valor diferencias de Recordar el ayer es que tienen el filtro del humor y el sarcasmo, mi tono, que es una perspectiva muy ligera. Muy fácil de leer, muy amable.
EI: Lo especial de tu contenido es que es muy específico, muy nicho, precisamente por ese vocabulario que comentabas, y a la vez muy universal.
A: Sí, fíjate, en el mundo de las redes sociales esto es la tendencia que está marcando Tik Tok muy bien. Cada vez triunfa más lo nicho porque lo universal no tiene nada diferencial. Entonces el influencer que se dedica a comer hamburguesas de no sé dónde lo peta. La señora que es bióloga y habla de las tendencias con una perspectiva de la biología y la química lo peta. Y es otro nicho. Aquí es verdad que la comunidad de hermanas tiene el valor diferencial de nuestro vocabulario, pero tanto en el libro como en mis redes sociales hablamos de cosas que cualquier persona las podría consumir. Es contenido universal. Te cuento que Nadal se ha retirado y te hablo de las mechas de Emma García.
EI: Tú que mantienes tu trabajo y tu día a día, ¿no te cuesta mantenerte pendiente de la actualidad para contar lo de Rafa Nadal, por ejemplo?
A: No, porque las grandes noticias me lo chivan las hermanas de la comunidad. En el momento en el que sale una noticia me empieza a llegar de todo, el móvil arde. Me dicen «hermana, corre, que se ha retirado Nadal». Y muchas veces me dicen que se enteran antes por mí que por cualquier otro sitio, con mi gif de las hermanas bailando al son de los informativos. También te digo que es esclavitud digital. Cuando estoy en tiempo de ocio siempre hay una parte de mi cerebro que piensa «cuidado, que a lo mejor están pasando cosas».
EI: Si tú te estás tomando algo con tus amigos y de repente pasa algo, ¿qué haces?
A: Abstracción. Mi amiga Lourdes me dice que una de las cosas que más le impacta de verme es que podemos estar tomando una cerveza, de risas, cotilleando, y de repente pasa algo y de repente pasa algo en mi móvil que no comparto con los demás y puf. Me voy diez minutos, pueden estar insultándome o diciéndome lo que sea y no me entero, pero al acabar pongo el móvil boca abajo y vuelvo. Pero es verdad que hay un poco de esclavitud.
EI: Me imagino que tiene que ser muy difícil, por tiempo, mantener la vida de influencer y tu vida normal.
A: Sí, desde que empezó el perfil hasta ahora ha crecido un montón. No solo por seguidores, sino que hago campañas de publicidad, hago un pódcast, he escrito un libro… he tenido que robar tiempo del fin de semana, me pido muchos días de vacaciones para trabajar en esto. Pero bueno, hasta que yo pueda sobrellevarlo… y encima me lo paso tan bien que si me preguntas si me compensa te digo que 100%.
EI: ¿Y por qué te compensa seguir con tu trabajo del día a día?
A: Por un tema de seguridad. Yo creo que lo de las redes sociales es una cosa efímera, igual puede durar quince años, no lo sé, pero a lo mejor son quince días. Creo que también con la edad que tengo, 40 años, me gusta tener los pies en el suelo, con una nómina a final de mes que te asegura muchas cosas. Pero también es verdad que me gusta ponerle el foco a mi marca personal y todo lo que hago le pongo mucho mimo. Es difícil equilibrarlo pero ya te digo que me compensa.
EI: Y me imagino que la gente de tu trabajo y tal sabe quién eres realmente, Alexsinos tras la máscara.
A: Todo el mundo.
EI: ¿Y no te da miedo que alguien te traicione y publique tu cara?
A: Yo vivo tranquilo, en el sentido de que cualquier día alguien puede subir una foto mía a cualquier lado y que me digan lo que sea y tampoco pasa nada. Es decir, ahora mismo tú estás viendo mi cara. El otro día hacía un face reveal [mostró su cara por primera vez] la chica de @hazmeunafotoasí y no pasa nada, lo miras 30 segundos y dices «ah, pues me lo imaginaba así o asá» y la vida sigue. No tiene mucho interés, un chico calvo con barba. Porque el interés de mi contenido no soy yo, es cómo yo lo comento.
Y por otro lado, hay mucha gente de la comunidad que me reconoce. En un concierto o en una discoteca me dicen que saben quién soy, pero siempre añaden: «Estate tranquilo que tu identidad está a salvo con las hermanas».
EI: Como si fueras un superhéroe. El otro día me comentaba Adrián de @salseología que aspira a, en algún momento, salir en la tele, por ejemplo. ¿Es algo que tú te planteas?
A: Es increíble ese chico, tiene un talento increíble. Salseología es la perfecta evolución de un perfil como Kiko Hernández, que todo el rato tenía bombas, ahora es salseología. Pero no, a mí no me interesa la tele. Me encanta el formato pódcast y radio, y si todas las cosas van bien me encantaría seguir escribiendo libros.
Porque me siento muy cómodo, creo que aporta un valor a quien se lo compra. Pero jamás entraría a un reality, el mundo de la tele no creo que sea mi foco y además no creo que sea el escenario en el que yo me muevo más cómodo. Quizás sí podría plantearme como colaborador. Pero creo que hay una cosa interesante que es conocerte a ti mismo y saber dónde rinde mejor y potenciarlo: por ejemplo, hay mucha gente que da el salto de las redes a la tele y te das cuenta de que esa persona se mueve mucho mejor en redes.
EI: Volviendo a tu comunidad, ¿de dónde salen estas palabras que utilizas? Algunas sé que son del asturiano, como «una patatina pal kilo».
A: El glosario tiene como tres fuentes de alimentación: uno es agentes externos como es Belén Esteban con el «sí lo digo». Lo del guacal es de Thalía. También hay otras que vienen de creadores de estos más frikis que yo rescato por ahí, tipo Carmela Marchosa, o la del bolso de Louis Vuitton. Sin darse cuenta ellas generan idioma alexsinos. Y luego hay otras expresiones que son mías o de mis amigos de siempre, como el concepto de negra por fuera.
Viene de la canción Pantera en libertad de Mónica Naranjo pero es algo que hemos dicho mis amigos y yo toda la vida. Se refiere a cuando una persona se ha puesto muy morena, pero un amigo mío tenía un coche que era blanco y el interior negro y lo decía al revés.
EI: El concepto Merche, por ejemplo, es algo difícil de entender.
A: Eso viene de la canción de Merche que dice «hola, ¿qué tal estás? Soy Merche» y no sé por qué en mi cerebro derivó en eso de que Merche era un fulano, un marono, uno que le guste a tu madre es un Merche y que te guste a ti es otro. Un maromo que te inspire, que digas «con este me casaría». Hay veces que la gente me dice que escribo muy raro y me dejan de seguir por eso, pero no se le puede dar la espalda a la comunidad.
EI: Algo que llama la atención de tu perfil es que siempre intentas hacer campañas que tengan que ver con Asturias, tu tierra.
A: Sí, para mí uno de los días marcados en el calendario, por la felicidad que me produjo como creador, fue el día que el Gobierno del Principado me escribió -hace poco- a través de turismo Asturias, para hacer cosas de cara al año que viene. Para mí Asturias es un trozo muy grande del corazón y me mola un montón proyectar ese amor a la tierrina. Si hay una persona en la comunidad que dice «oye, qué pesado es Alexsinos con Asturias, voy a visitarlo», para mí está hecho el negocio. Me encanta.
Y fíjate, mi perfil puede evolucionar de muchas maneras, pero una de las cosas que más me gustaría es asturianizarme mucho más. Me encantaría eso. Ponte que dentro de unos años el momento salseo ya no da de sí. Pues a mí el momento Asturias me parece fascinante. Si las sevillanas están de moda por qué no el traje asturiano.
Este año fui a los premios Ídolo vestido de Made by Kös, que es el diseñador asturiano que viste a Rodrigo Cuevas, que tiene un talento increíble. Justo antes de ayer me mandó unas cosas de diseño que ha hecho que tienen la cara tapada y para mí es un honor ir vestido de un diseñador asturiano, y además me encanta proyectarlo en todos los saraos a los que voy.
EI: Tú me imagino que no te consideras ni famoso, ni influencer ni creador de contenido.
A: Creador de contenido sí. Yo recibo muy poco hate, aunque hay gente que por supuesto me deja de seguir.
EI: Y te lo anuncian en los comentarios, ¿verdad? Te dicen «esto no me ha gustado, te voy a dejar de seguir».
A: Sí, esto lo comemos mucho con mis amigos, te envían como un certificado. Me ponen «Alex, no tolero que hagas publicidad de una petrolera. Te dejo de seguir». Guay, te entiendo, lo respeto, a lo mejor yo hubiera hecho lo mismo, pero estás perdiendo un tiempo de tu vida en escribirme. Pero sí, hay un compromiso muy fuerte. Además, mi madre es la guardiana del hate, ella se lee todo los comentarios que tengo siempre en todo y me dice «en esta publicación tienes tantos comentarios y estos son de hate«. Que es un poco, wow, jubilada.
Pero el poco hate que tengo -esto me lo dijo un día Susana Bicho- yo lo entiendo. Porque todos los perfiles que empezamos parodiando o comentando a los influencer crecemos y al final hay un momento en el que la delgada línea es tan pequeña… que te conviertes en un influencer. Vas a una red carpet, te invitan a no sé dónde, haces esta campaña… al final piensas que te estás convirtiendo en uno de ellos. Y ese poco hate que tengo es así, me dicen que me estoy pasando al lado oscuro. Y yo lo entiendo.
Pero al final estos perfiles que estamos hablando, Salseología, Hazme una foto así, yo… estamos transitando esa fina línea de los nuevos formatos. ¿Que te conviertes un poco en influ? Pues puede ser.
EI: ¿Y cómo es juntarse con toda esta gente en los saraos?
A: Pues mira, me da tremenda pereza. A veces hay comentarios que dicen que no me pierdo una y no, me invitan a mucho más de lo que voy. También es verdad que con la máscara la logística es la que es, pero me da pereza ese momento que en la comunidad llamamos «Laura Escanis». Que son esas conversaciones que son «ay, qué mona estás, a ver si nos vemos un día…»
Además como yo voy desde el curro llego a última hora, me pongo la máscara en el taxi corriendo… no te creas que lo disfruto yo mucho. Tampoco hago mucho networking, porque como voy con la máscara ni siquiera se me escucha muy bien. Intento que a los saraos me acompañen mis colegas, identifico la temática y me llevo al que más le guste. Y me lo paso pipa, bebemos alcohol, cenamos gratis y para casa.
EI: Y cuando contaste cómo supiste del embarazo de Anabel Pantoja.
A: Sí, cuando me dijo «gordi, tenemos que hablar», pensé «wow». Porque normalmente nos escribimos, porque somos colegas. Creo que muchas veces se intentan buscar más interpretaciones de las que hay, como cuando una influencer va al McDonalds y al poco aparece con una publi de McDonalds. A veces pasa de manera orgánica, creo que es todo más sencillo. Aunque claro, también hay muchos influencers que han hecho mucho daño no diciendo cuando está haciendo publicidad.
EI: Tú lo vives desde los dos lafos, imagino, porque trabajas en publicidad.
A: Claro, por ejemplo hubo una vez una cosa divertida. En un rodaje de Google con Tamara García Romero (@grtamara), que es una creadora que me encanta y nos seguimos, yo me acerqué y le dije «tú a mí me conoces» y ella me miró en plan «no». Le dije quién era y se quedó con la boca abierta. Así que sí, lo veo desde los dos lados, veo cómo se negocian los presupuestos, que el representante tira del hilo para que se pague más o menos, cuando el cliente pide cambios… son dos mundos.
EI: ¿Qué es la cosa más loca que te han ofrecido y has rechazado porque no querías salirte de lo que a ti te hace sentir cómodo?
A: Bueno, una exclusiva, este año me han ofrecido ir al Benidorm Fest a cantar con mi casco. De repente un chico me escribió para decirme que había hecho una canción de no sé qué año y que estaban pensando en un proyecto de típica canción friki de peña con casco. Y se nos ocurre que tú podrías hacerlo. La persona que peor canta de España soy yo, se lo dijimos y nos dijo que sería con autotune. Eso ha sido lo más loco, por supuesto dije que no. Dentro de cincuenta años podré decir «yo casi estuve allí». Cuando llegué el email pensé, te lo juro, «se han equivocado».
EI: ¿Quién es el famoso que más te ha sorprendido?
A: ¿Para bien o para mal?
EI: Ambos, por supuesto.
A: Para bien, además de mis amiguis como Anabel o Belén, tengo muy buen feeling con la mujer de Dulceida, Alba. Me parece una tía a la que conoces diez minutos y te das cuenta de que la tía mola mucho. Luego lo he compartido con Anabel y con otros y todo el mundo lo dice, es un diez, una tía majísima.
Y para mal… Pablo Motos me tiene bloqueado desde que nací casi. Mi sección La decadencia, de la que es protagonista prácticamente cada semana, me imagino que le llegaría.
EI: ¿Y alguna vez te lo has encontrado?
A: Una vez caminando por Goya nos cruzamos, pero yo iba de anónimo y obviamente ni me miró ni nada.
EI: Entonces la pregunta entre El Hormiguero y La Revuelta está clara.
A: Yo te digo una cosa: estoy muy feliz de que Broncano tenga tanto éxito. Esa es mi reflexión sobre el tema. Porque además me parece que el equipo de Broncano y el programa sabe hacer estupendamente una cosa que es reírse de sí mismos, de ahí nace toda esa creatividad y esos guiones increíbles que parecen improvisados, pero que está todo muy pensado y estudiado. Yo estoy muy contento por su éxito y encima está Lalachus, que es una de mis personas favoritas del mundo.