El Parlament ha fijado este jueves las coordenadas para la nueva legislatura y, por primera vez en una década, en estas coordenadas se prioriza la demanda al Estado de una nueva financiación para Cataluña y se rechaza la petición de un referéndum de independencia. Las elecciones catalanas del pasado mayo cambiaron las mayorías y esto, a su vez, ha cambiado las prioridades de la Cámara. En la Cataluña actual, hay una mayoría justa pero suficiente de 68 diputados -PSC, Comuns y ERC- para demandar al Estado una «financiación singular». En cambio, no hay los votos suficientes para pedir un «referéndum pactado».
Todas estas conclusiones se han podido sacar de la última jornada del debate de política general que se ha celebrado este jueves en el Parlament y que ha servido para que se votaran las resoluciones de los partidos. En estas votaciones, se han aprobado iniciativas del PSC, ERC y los Comuns a favor de la nueva financiación y, en cambio, se han rechazado las de Junts, ERC y la CUP que tenían que ver con la independencia. Nuevos tiempos en Cataluña.
El Parlament, aparte de apoyar que la Generalitat empiece la batalla por conseguir una financiación singular, también ha dado algunas pinceladas de cómo debe ser este nuevo sistema de financiación. Así, Illa tendrá que pelear por arrancarle al Gobierno de Pedro Sánchez que sea la Generalitat y no el Estado quien «gestione, recaude, liquide e inspecciones todos los impuestos soportados en Cataluña». Después de hacerlo, la misma Generalitat tendrá que hacer una «aportación» al Estado por los servicios que presta en Cataluña -fronteras y control marítimo, por ejemplo- y luego pactar otra aportación en concepto de «solidaridad» con el resto de territorios.
La Cámara también ha aprobado, a instancias de ERC, los primeros plazos para esta nueva financiación. Por ejemplo, ha instado a Illa que a lo largo de 2026 la Agència Tributària de Cataluña ya tendría que estar recaudando todo el IRPF que se paga en Cataluña. La portavoz de ERC en la Cámara, Marta Vilalta, ha celebrado que hay en el Parlament una «trinchera común» para acabar de una vez por todas con la «infrafinanciación histórica» de Cataluña.
La buena noticia para Salvador Illa es que, a través de la aspiración de una nueva financiación, tendrá el apoyo de ERC y los Comuns para armar una mayoría parlamentaria que le permita encarar el primer tramo de la legislatura. La mala noticia es que, si no logra avances a medio plazo, esta mayoría se tambaleará porque ERC tendrá menos incentivos para apoyarle. Y para conseguir estos avances no solo deberá convencer a Sánchez, sino también vencer las reticencias del PP y del PSOE. Este miércoles Illa apeló a su relación «fluida» con Sánchez para mostrarse convencido de que es posible. «Nos vamos a dejar la piel», dijo.
El PSC, ERC y los Comuns no solo han tenido sintonía con el referéndum. También han aprobado de forma conjunta otras iniciativas como la de forzar a la Generalitat a regular los alquileres de temporada para evitar la picaresca que existe con la limitación del precio del alquiler o también la de subir los impuestos al juego. Esto último es un dardo a Hard Rock para poner trabas al macrocomplejo de ocio de Vila-seca y Salou. La sintonía entre estos tres partidos de izquierda ha motivo la protesta de la portavoz de Junts, Mónica Sales, que ha aprovechado para denunciar este «tripartito» de facto y para erigir a su partido como la «alternativa». Una alternativa que ahora mismo, sin embargo, solo dispone de 35 de los 135 diputados de la Cámara.
Solo la amnistía
El cambio de ciclo político en Cataluña no solo se ha dejado notar por el hecho de que el Parlament ponga la proa hacia la financiación, sino porque la cámara ha rechazado sistemáticamente las resoluciones independentistas. Así, han ido cayendo una tras otra la resolución que defendía del referéndum pactado de ERC; la de la «ruptura democrática» de la CUP; la del «rechazo» a la monarquía de Junts o la de Aliança Catalana que pedía reactivar la «declaración unilateral de independencia».
La única iniciativa vinculada al ‘procés’ que ha salido adelante ha sido una de los Comuns que defendía el «pleno apoyo» del Parlament a la ley de amnistía y exigía a los jueces su aplicación «sin más dilaciones ni arbitrariedades». La amnistía es ahora mismo el único consenso soberanista con apoyos y eso es porque en esta demanda también se suma el PSC. Es, además, una resolución simbólica porque no tiene fuerza jurídica para ser de obligado cumplimiento.