El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha desoído las críticas y mantiene su paso firme hacia la negociación de las bajas laborales flexibles. La cartera capitaneada por Elma Saiz se ha dado prisa y ha convocado la mesa de negociación con los agentes sociales para el próximo lunes, pero su desarrollo no será el esperado por la ministra. Los sindicatos mayoritarios ya han anunciado que acudirán, pero “no negociarán” una medida que generaría “inseguridades” e “incertidumbres” para la parte desprotegida, los trabajadores.

Asimismo, CCOO y UGT critican que Seguridad Social se de tanta prisa para abordar esta materia sacada de la manga, mientras otras relacionadas con la reforma de las pensiones y la salud laboral van con retraso. Ante esta “propuesta unilateral que no había sido planteada previamente y que no cuenta con el acuerdo sindical”, el sindicato liderado por Unai Sordo reclama al que “se constituyan los grupos de trabajo comprometidos” y se eviten estas convocatorias que “generan escepticismo” al estar basada en “medidas espontáneas, no elaboradas, discutidas, ni acordadas”.


Desde UGT apuntan en la misma dirección y garantizan que tan solo negociarán las materias para las que han sido convocados; es decir, aquellas recogidas en el acuerdo social tripartito firmado hace menos de un mes. Así, los de Pepe Álvarez han reiterado su rechazo “tanto de la forma como del fondo” de la propuesta de Seguridad Social y llaman a centrar el debate “en el origen de las bajas con el objetivo de prevenir mucho más y mejor de cómo se está haciendo en la actualidad”.

Las organizaciones sindicales afean que Saiz haya comprado el marco de la patronal y, en vez de situar en el centro la recuperación, la salud y los derechos de los trabajadores, haya elevado a máxima prioridad su reincorporación al mercado laboral. “Voluntaria”, defienden desde el Ministerio, como si la voluntariedad no estuviera viciada o siquiera existiese en una relación que, lejos de ser entre iguales, se da entre el empresario y el que necesita un jornal para comer. Voluntariedad como la de las más de dos millones de horas extra no pagadas cada año.

Cartel de se alquila en una vivienda. Europa Press


“Cualquier propuesta sobre el estado de salud de la persona trabajadora debe partir de los servicios públicos de salud y su debate debe comenzar por la asistencia sanitaria y los plazos que en la Sanidad Pública se dan para el diagnóstico, tratamiento y la recuperación total del paciente”, reclaman desde UGT. “El objetivo principal de esta convocatoria tiene que ser introducir propuestas que contribuyan a la mejor recuperación de la salud de las personas que sufren un accidente o una enfermedad”, añaden desde CCOO.

¿Cuál es la propuesta de Seguridad Social?

La incapacidad temporal (IT) es una situación prevista en la Ley General de la Seguridad Social, donde desde el sistema de protección se plantea una asistencia sanitaria con el fin de reponer en salud a la persona trabajadora afectada, y se establecen una serie de garantías, “entre las que están la percepción de una prestación económica”, recuerdan desde CCOO. Este último aspecto es, quizás, el que ha empujado a Saiz a dar un paso hacia la patronal, aunque desde Seguridad Social niegan que la motivación sea económica y busque reducir los gastos de un sistema que se prepara para el baby boom.

La propuesta que está ahora mismo sobre la mesas es una especie de incapacidad temporal que “no sea estar de alta o estar de baja”. Algo similar a lo que se pretende con la compatibilidad de la jubilación y el trabajo, decisión “voluntaria” también, que permite seguir trabajando sobrepasada la edad de jubilación legal que otorgaría la pensión máxima y cobrar el sueldo a la par que un porcentaje de la pensión que se incrementa simultáneamente a los años de alargue.

La hucha de las pensiones alcanza su máximo en siete años y cerrará 2024 con 300 millones más de lo previsto. EP.


La propuesta de bajas laborales flexibles está destinada, según ha detallado el propio Ministerio, a grupos extremadamente precarizados como el de los pluriempleados o los enfermos de larga duración. “Hay personas que pueden estar en una situación de baja para una actividad, pero para la otra sí que pueden desarrollar determinados trabajos […] Hay procesos como el de quien esté saliendo de un tratamiento de cáncer que quizás, desde la garantía de la salud, pueda incorporarse a trabajar”, ha justificado Saiz ambos planteamientos, obviando las circunstancias y secuelas.

La patronal coincide. “Es positivo”, ha valorado Antonio Garamendi, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). “Estoy absolutamente de acuerdo”, ha añadido el líder de la patronal catalana (Foment del Treball), Josep Sánchez Llibre, quien además añade que reincorporar a trabajadores enfermos antes de finalizar su proceso de recuperación ayudaría a “mitigar el absentismo laboral que lastra la productividad”.

El mero planteamiento desde un Gobierno autodenominado progresista ha dolido a los estratos sociales de la izquierda y las organizaciones de trabajadores. “Una persona trabajadora que pierde su salud y está en recuperación, lo que precisa son garantías y una atención eficaz”, ha recordado CCOO los derechos laborales. “No incertidumbres ni inseguridades”, han añadido. Porque cuando la voluntariedad entra en juego en las relaciones laborales de las que participa el jefe, el que pierde es siempre el mismo y encima lo hace bajo el marco de la aceptación.

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