En vísperas del Día Mundial de la Salud Mental se sienta Piedad Dengra -valenciana de 34 años, asistente personal de un padre de familia con tetraplejia por una zambullida en el mar, al que cuida 24 horas al día, cinco a la semana-, y habla de la carga psicológica que supone su trabajo en una jornada organizada por Cruz Roja. Se da a conocer el estudio ‘El empleo en el sector de los cuidados: perspectivas, retos y propuestas para disminuir la vulnerabilidad social’. Y Piedad, que ha participado en la investigación, se queja de invisibilidad, de precariedad, de falta de regulación. Y de cómo todo eso ha influido en su salud mental. «Mejoraría si mis condiciones no fueran tan precarias. Porque, psicológicamente, es muy fuerte».

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