Vestir a la moda y preocuparse por el medioambiente son cuestiones compatibles. Y quien no lo crea, que le pregunte a las personas que acuden a las distintas tiendas de ropa de segunda mano que existen en Canarias o al comercio en línea dedicado al mismo fin. Cada vez son más quienes buscan reducir su huella de carbón –la contaminación que implica cada una de nuestras acciones– a la vez que mantenerse estilosos y distinguidos en su día a día. Los datos proporcionados por Milanuncios a este diario así lo avalan, las compras de moda de segunda mano a través de este portal han aumentado un 32,5% en España en lo que va de año. En Canarias, la tendencia también es al alza aunque al sector todavía le queda trabajo por hacer para equipararse a la media nacional: de enero a agosto, las ventas de ropa usada apenas subieron un 16,6%.
La provincia de Las Palmas toma la delantera en cuanto a vestimenta de segunda mano se refiere en las Islas. En ella, las ventas de artículos usados tanto para hombre como para mujer se han incrementado un 13,5% entre enero y agosto de 2023. Si a estas ventas sumamos la ropa de bebé y otros artículos unisex, la facturación subió un 22,5%. Además, también crece la reutilización de otros productos como disfraces (66%), perfumes y colonias (22,7%), y joyas y bisutería (20,2%).
Por el contrario, en la provincia tinerfeña las ventas de ropa de segunda mano de mujer han crecido un tímido 2,7% en lo que va de año, mientras que la moda de hombre disminuyó su facturación un 7, 5%. Sumando otros artículos de vestir, la facturación creció un 10,7%. Mientras tanto, los disfraces y las joyas y bisutería aumentaron sus ventas en un 12,8% y un 6,3%, respectivamente.
Para Íñigo Vallejo, portavoz de Milanuncios, el «despegue» del mercado de moda de segunda mano «ha llegado para quedarse» porque «el sector estaba pidiendo un cambio a gritos». En su opinión, la llamada fast fashion es «insostenible» si queremos apostar por modelos de consumo respetuosos con el medio ambiente y esto es algo de lo que los consumidores «son conscientes».
Calidad y diferenciación
El boom de la ropa de segunda mano en España se explica, según Lupe Castro (@mslupecastro), experta en moda sostenible afincada en Canarias que cuenta con 37.000 seguidores en Instagram, por la apertura de mentalidad que están provocando las redes sociales: «Ver que influencers, cantantes o actores visten diferente, con un estilo propio, te anima a salir de la norma que marca la industria».
El precio también es un factor diferencial. Castro celebra que la moda vintage te permite adquirir algo de una marca que «adoras» por «menos de la mitad de su precio original». Además, asegura que existen muchas posibilidades de reutilizar, como organizar intercambios entre amigos o desconocidos, acudir a mercadillos en la calle, visitar las tiendas de segunda mano, comprar a diseñadores que utilizan materiales reciclados o recurrir a empresas de alquiler.
Otras cuestiones que han hecho a los consumidores optar por la moda de segunda mano son las consideraciones éticas. Una camiseta de algodón que se vende a tres euros y aun así «supone una ganancia para la tienda» genera dudas sobre las condiciones laborales de quienes recogen el algodón así como del proceso de elaboración de la prenda. Como este tipo de ropa «se suele destruir en pocos lavados», la conciencia medioambiental también se despierta: «Tú tiras la camiseta a la basura pero luego acaba en una montaña enorme en medio de un desierto».
Comercios canarios
Raquel Pérez, propietaria de la tienda Secondmark ubicada en el número nueve de la calle San Nicolás, en Las Palmas de Gran Canaria, decidió abrir su negocio hace diez años tras darse cuenta de la complejidad que había para encontrar ropa de segunda mano. Hasta ahora, su experiencia en el ha sido «muy positiva» pero también «difícil» por la falta de costumbre que hay en la Isla en cuanto a reutilizar: «No es el negocio más rentable pero me permite conocer a personas que comparten mi modo de vida».
Porque para esta comerciante, reutilizar es «un estilo de vida» que la persona elige para intentar «reducir residuos tan contaminantes como los textiles». Y, al margen de los beneficios medioambientales, aporta un valor añadido en su negocio: «Me gusta asesorar a mis clientes de forma personalizada. Muchos acuden habitualmente y dedico tiempo a conocer sus gustos».
Algunos de los prejuicios que los vendedores de segunda mano enfrentan es la supuesta falta de higiene de las prendas. Sin embargo, Raquel Pérez aclara que cada uno de los artículos se lava, desinfecta, plancha e incluso repara antes de ponerse a la venta. La idea es «que todo esté en perfecto estado» y eso es precisamente lo que ha permitido que su negocio continúe abierto durante una década.
El mismo método de cuidado de las prendas se lleva a cabo en las dos franquicias de Flamingos Vintage Kilo abiertas en Los Cristianos y Santa Cruz, en la isla de Tenerife. Adrián Camisón y Alex Mercurio, sus propietarios, exponen que la ropa ya les llega en buenas condiciones pero que pese a eso la limpian y planchan. Si alguna prenda tiene una mancha que no sale «se aparta de la venta».
En el caso de Flamingos Vintage Kilo, lo que les ha permitido continuar abiertos durante ocho años ha sido su interés por ofrecer al cliente lo que busca, «ya sea algo actual o vintage». Así, si una tendencia «entra con fuerza» en las tiendas convencionales y está basada en épocas pasadas tratan de traer la versión original.
A todo estas ventajas, Camisón añade la calidad de los tejidos naturales, que eran «más frecuentes antaño» y que permiten una mayor durabilidad. Además, hay un sentimiento que la moda de segunda mano genera frente a la producción en cadena: «Solo tenemos una unidad de cada prenda y eso te hace ver diferente».
La distancia geográfica lastra las compras en línea
El cliente que busca adquirir ropa de segunda mano tiene muy en cuenta dos cosas: el precio y la huella de carbono a la que antes hacíamos referencia. Es por estos motivos que Canarias no figura entre las principales aplicaciones móviles destinadas a la compra y venta de ropa de segunda mano. Wallapop no se animó a permitir los envíos de ropa de segunda mano desde Canarias hasta diciembre de 2022 mientras que Vinted todavía se resiste a incluir la posibilidad de vender artículos si resides en las Islas. ¿Qué hay detrás de todos estos problemas? Pues la lejanía de las Islas con el resto de comunidades y los elevados gastos de envío. No es rentable comprar ropa barata y de segunda mano si hay que pagar un elevado extra por su transporte. Por eso, predominan quienes solo venden a otros canarios. Además, a la cuestión de los precios se suma la conciencia ecologista de los clientes. Adquirir una camiseta a un vendedor canario y hacer que sea transportada hasta la Península, más que reducir la contaminación, la incrementa. | C. M.
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