A pesar del tono de profesor de universidad, Diego Martínez dejó destellos de ingenio en sus 34 minutos de exposición ante los medios de comunicación. Fue el lado más histriónico del salvador de la UD -tiene 29 jornadas para alcanzar los 40 puntos cuando solo figuran tres en el casillero-. El resto es complicado, resucitar a un cadáver deportivo, que trata de eludir el maillot de peor equipo amarillo en las 36 temporadas en la máxima categoría.
Para explicar los cambios de dinámica y caprichos del balón, lanzó una curiosa comparativa. «Un director deportivo que tuve decía que los jugadores no son lavadoras, que las enchufas en Rusia y funcionan igual que en Las Palmas. Evidentemente, la situación que tenemos necesita de mucho trabajo, optimismo, paciencia y gestión de la frustración. El camino va a ser duro, pero con 29 jornadas por delante podemos revertir la situación. Muchas veces de las peores situaciones se sacan los momentos más bonitos. Eso es lo que pretendemos», valoró el técnico, que llevó al Granada de la Segunda a la Liga Europa. En la cita continental, logró cargarse al Nápoles y alcanzar los cuartos de final. Finalmente, fueron eliminados por el Manchester United en Old Trafford (15 de abril de 2021).
El segundo giro cómico fue para parafrasear una curiosa reflexión del exentrenador del Gran Canaria de Baloncesto Luis Casimiro. Siendo técnico del Unicaja Málaga, reflexionó así sobre la importancia de moldear tu estilo en relación a las piezas. «Si un día tu equipo es de limones tienes que hacer limonada. Y si otro día tu equipo es de naranjas tienes que hacer naranjada», aseveró Casimiro en 2019. Ayer, Martínez hizo suya, una vez más, la comparativa sobre los zumos.
«Si tengo limones hago limonadas, y con naranjas naranjadas. Intentaré que el equipo gane partidos. Somos un equipo con jugadores de buen pie, técnicos. Pero tenemos que intentar hacer las cosas que nos lleven a ganar partidos. A nivel defensivo debemos tener mejores registros. Intentaré sacar el mejor partido posible a los jugadores que tengamos». Esa frase ya la utilizó cuando dirigía al Granada.
A la pregunta de qué le dirá a su plantel en su primera toma de contacto en Barranco Seco, Martínez respondió que «buenas tardes». Otra salida ingeniosa para un preparador fuera de órbita desde diciembre de 2023 -cuando fue destituido por el Olympiakos heleno-. Y es que cabe recordar que el técnico gallego encadena dos despidos, como el que aconteció en El Pireo y en el RCD Espanyol (abril de 2023).
Látigo, presión y agresividad
Van 243 días sin ganar un partido y Martínez resaltó ayer el trabajo en levantar el ánimo de la caseta. Son ocho meses de condena e incluso recordó el preparador «que el uso del lenguaje» a la hora de dirigirse a sus pupilos puede ser importante. Pero más allá de la oratoria y la lírica, la UD se ha olvidado de ganar. Luis Carrión, destituido el pasado martes, casi aniquila al Real Madrid (1-1) y firmó un primer tiempo majestuoso. Igual que ante el Betis. Un inicio prometedor y luego el caos.
El extécnico del Sevilla B, Osasuna, Granada, Espanyol y Olympiakos es el último salvavidas del low cost de la UD. Helguera está señalado y es una apuesta al doble o nada. Salvación o fracaso. ¿Le vale al gallego con esta materia prima? ¿Se irá al mercado invernal? La última vez que se dejó la portería a cero fue en mayo. «Hay que pedir más, puestos a pedir, pues ganar en Mestalla», bromeó ayer el técnico amarillo. Admirador de Zidane, comenzó a dirigir con 20 años en el Cadete del Imperio y tiene un libro: El Granada de Diego.