La obra de Salvador Dalí (Figueres, 1904-1989) forma parte de los referentes culturales de millones de personas en todo el mundo. Los relojes blandos de La persistencia de la memoria, los huevos y los panes que decoran el exterior de su museo en Figueres, la imagen de El gran masturbador, el retrato de su hermana mirando hacia el mar desde una ventana en Cadaqués… Todos tenemos nuestros iconos dalinianos en la cabeza y, dos décadas y media después de su muerte, su obra continúa ejerciendo un fuerte magnetismo.
Tras su muerte en 1989, Dalí dejó al Estado español como heredero de su obra, así como la gestión de los museos y de su legado artístico e intelectual en manos de la Fundación Gala-Salvador Dalí, una entidad privada que, como suele decidir su presidente, el experimentado empresario catalán Jordi Mercader, «se dedica a hacer cultura». Esta actividad cultural sería imposible sin cuidar los números. Y en el caso de la Fundación Gala-Salvador Dalí, los números están más que bien cuidados.
Independencia para actuar
La entidad cerró 2023 con un excedente (el equivalente a beneficios en las fundaciones) de más de siete millones de euros, en concreto 7.310.400. «Este excedente nos permite tener independencia para ser unos libre pensadores y dedicarnos a la cultura sin ataduras ni dependencias de otros», subraya Félix Roca, CEO de la fundación desde 2020. Claro y directo, cuenta cómo la institución catalana «ha salido reforzada» del golpe que significó la pandemia y el cierre de museos. «En 2023, los tres dedicados a Dalí han tenido en conjunto un millón de visitantes, situación que nos permite afrontar los retos culturales y sociales de los museos modernos, que se encuentran en un contexto absolutamente diferente al anterior al covid», detalla.
«En Figueres no hay conciencia del auténtico valor del regalo que Dalí hizo a su ciudad. Esta mañana, en un martes de octubre, he visto mucha gente de fuera de la ciudad aparcando para ir al museo. No se trata de venir a Figueres para ver un óleo concreto; la gente viene para ver la última gran obra de Dalí. El museo en sí mismo es una gran obra, y esto lo hace único», argumenta Roca, que está convencido de que los visitantes «no desaparecerán de museos como este».
El año pasado, 726.000 personas visitaron el Teatro-Museo Dalí de Figueres, a los que hay que sumar los que pasaron por la Casa Dalí de Portlligat, en Cadaqués, y el Castillo Gala-Dalí de Púbol, para llegar al millón comentado por Roca. Los argumentos del CEO se sustentan en los números. Al cierre de las cuentas de 2023, la Fundación Gala-Salvador Dalí ingresó 17.766.735 euros, frente a los 15.014.410 euros de 2022. «El 85% de nuestros ingresos proviene de la actividad museística -entradas de los tres museos y las tiendas-, y el otro 15%, de derechos de autor y de las exposiciones inmersivas que hemos realizado en diferentes ciudades», especifica. Al otro lado de la balanza, están los gastos, centrados en el capítulo de personal -alrededor de 100 personas- y en los trabajos de mantenimiento y conservación. A todo esto, se suma un resultado, exento de impuesto de sociedades, de 7.310.400 euros, claramente superior al del 2022: 4.594.254.
Compra de obras
¿Y a qué se destina ese excedente? Pues a hacer cultura. Que, en otras palabras, significa intentar comprar más obras del genio, investigar sobre su trabajo y mejorar la experiencia de los visitantes en los museos. «Comprar obra cada vez es más difícil, porque hay poca y, por lo tanto, es más cara, pero nuestra tarea es estar presentes en el mercado y controlar las subastas para situarnos en casos como la reciente compra de El nacimiento de las angustias líquidas», comenta Roca. En el capítulo de inversiones, destaca la adquisición de un edificio ubicado justo al lado del museo de Figueres -la Casa Giralt Ventolà- para ofrecer mejores servicios adicionales a un Teatro-Museo Dalí, en el cual no se pueden hacer grandes intervenciones porque es una obra daliniana en sí misma.
El CEO de la fundación es un gestor especialista financiero, pero, como en el caso del presidente Mercader, tiene claro que «hacer cultura» y promocionar el legado de Dalí es el gran objetivo. «Nosotros somos una empresa privada y, como tal, debemos tener buenos resultados, pero no para ganar dinero o repartir dividendos; queremos excedentes para hacer cultura», insiste Roca, para quien los números son solo números: «Dalí es la estrella y los visitantes de nuestros museos son los protagonistas».