Objetivo: compactar la mayoría de izquierdas con la que fue ungido presidente y hacerlo, además, con medidas que repercutan directamente sobre las principales preocupaciones de la ciudadanía. Este es el afán del president de la Generalitat, Salvador Illa, que ha presentado sus credenciales para comandar la etapa del ‘post-procés’. Sabe que el acceso a la vivienda es un asunto de calado y transversal, por eso su empeño en sacudir el tablero político catalán aprovechando el debate de política general para anunciar lo que ha definido como la «movilización de recursos públicos más importante hecha nunca» por una comunidad autónoma en este ámbito: 4.400 millones de euros en esta misma legislatura, es decir, en cuatro años, con el horizonte de contar en 2030 con 50.000 viviendas más.

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