Si algo no se le puede negar a Nacho Vigalondo como director de cine, es coherencia. Tras el sonado éxito de su corto musical kamikaze (y aún así nominado al Oscar en 2004) ‘7:35 de la mañana’, emprendió una carrera en el largo en la que se ha ido sirviendo de grandes ideas fantásticas o de ciencia ficción para explorar preocupaciones muy terrenales. Esa cotidianización de lo imposible es lo que úne a ‘Los Cronocrímenes’, ‘Extraterrestre’‘Colossal’ o, ahora, ‘Daniela forever’ (Secció Oficial Competició), estrenada en Sitges a nivel europeo tras su paso por el festival de Toronto. 

«Quieres decir que me repito, ¿no?», dice Vigalondo. Un poco, pero dicho como un cumplido: la citada coherencia. «En realidad, cuando haces una película no eres, o no deberías, ser consciente de qué parte del discurso estás aplicando a una obra conjunta», replica. «Las herramientas de análisis no deberían asociarse a las herramientas de creación. Creo que las películas deben partir de un sentimiento de libertad, en el mejor de los casos. Y volar al sitio donde les toque volar». 

Amor y ciencia ficción

Desde una cierta distancia, ‘Daniela forever’ parece su aportación al subgénero del drama romántico de ciencia ficción, una parcela siempre fascinante que últimamente ha dado notables ejemplos, sobre todo en el marco de la televisión: recordemos grandes episodios de ‘Black mirror’ como ‘Ahora mismo vuelvo’ y ‘San Junipero’. Algo de ello hay, pero en realidad Vigalondo quería marcar distancias con los ejemplos más famosos de dicha tradición. «Cuando he visto películas que mezclan romance y ciencia ficción, suelen ser películas muy monas, muy dulces, benevolentes con sus personajes. Y a mí siempre me gusta tomar una dirección más oscura. El género de la ciencia ficción romántica es solo el envoltorio, el celofán». 

En esta distopía, más que fantasía, sobre las intrincaciones del amor romántico, Henry Golding (‘Crazy rich Asians’) es un ‘dj’ y productor al que ofrecen la oportunidad de participar en un ensayo clínico que, en principio, le permitiría superar la muerte de su novia, pero que él usa para reanudar su relación con la difunta en sueños. Ella, la Daniela del título, es Beatrice Grannò, revelación (a nivel mundial; en su Italia natal ya era popular) de la segunda temporada de ‘The White Lotus’. Se sintió atraída al proyecto porque «hablaba de temas serios, muy profundos, como el duelo, pero sin resultar pretenciosa ni cool; al contrario, lo hacía sin tomarse en serio a sí misma». En opinión de Grannò, eso solo hace que, llegados ciertos golpes emocionales, «todo resulte aún más poderoso de lo que habría resultado en una película más dramática». 

La actriz italiana sabía del gusto de Vigalondo por cambiar de tono o jugar con las expectativas: antes de interesarse por este nuevo proyecto, había visto y disfrutado ‘Colossal’. «Me gustó de ella que cambiara de color a cada momento. Al principio parece un drama sobre una mujer [Anne Hathaway] con problemas con el alcohol, pero después se volvía una locura, y luego era una comedia, y te reías mucho, pero a la vez contenía verdad. Creo que con esta nueva película sucede lo mismo: a veces parece la peli ‘indie’ más intelectual y de repente es una comedia y luego te rompe el corazón«. 

Se acerca la serie de Yurena

Ocho años han pasado desde la citada ‘Colossal’. En cierto momento de esta travesía, Vigalondo llegó a asumir que su carrera como cineasta había acabado. «No hice nota de prensa ni nada, pero había asumido salir del mundo del cine tradicional. Porque todas las ofertas de trabajo que tenían eran cosas maravillosas como [el late night] ‘Los felices veinte’ o realizar televisión [‘El vecino’, ‘Justo antes de Cristo’, ‘Nuestra bandera significa muerte’, etcétera] sin estar creativamente implicado. En vez de rebelarme contra mi vanidad de ser autor, lo acepté tranquilamente. De hecho, ‘Daniela forever’ ya estaba escrita para cuando se estrenó ‘Colossal’. Que se haya conseguido hacer es un cuento de hadas«. 

Lo próximo será de nuevo una serie, pero una en la que su implicación es «muy honda»: la esperada ‘Superestar’ de Netflix, recorrido por los inicios de la inolvidable Yurena (antes Tamara) con producción de Los Javis. «Para mí es otra de mis películas. Tanto o más personal que cualquiera de ellas». Según informa, ahora mismo se están acabando pequeños flecos de efectos visuales y sonido y en algún momento de 2025 se podrá ver finalmente. «Y agarraos». 

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