Prensa Ibérica está implantada en gran parte de las comunidades habidas y por haber. Además cuenta con cabeceras de las más longevas de esta nuestra escenografía: Faro de Vigo y El Correo de Andalucía. Este último, que celebra su 125 aniversario, fue fundado por el cardenal Spínola. Ya en el XX, a finales de los sesenta otro clérigo, el cura Javierre, le dio un golpe de timón haciéndolo combativo hasta más allá de donde se podía dando paso a que en el 70, Chinarro, otro sacerdote, inaugurase la sección Mundo Laboral donde batallas de sindicatos clandestinos encontraron altavoz. Spínola, que como joven abogado asesoró gratuitamente a demandantes de clase trabajadora, estaría orgulloso. Íñigo Domínguez, uno de los sabuesos que más polvareda ha levantado investigando casos de abusos sexuales en la Iglesia –siempre por medio– cuenta con un espacio sobre noticias llamativas en «A vivir que son dos días» con el nombre de Prensa Ibérica que a estas alturas es de donde emanan la mayoría de casos que desfilan. De no habérselo puesto habría tenido que cambiárselo.
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