El colectivo de Moros y Cristianos encuentra cada año en el acto que ha tenido lugar este martes en Elche un sentido único por el interés que despierta entre los niños, que durante los días previos han trabajado tanto la figura del rey Jaime I como de lo que supone la efeméride del 9 de Octubre y, no hay mejor forma de entenderlo, que ver entrar a su majestad a lomos de un corcel blanco por la puerta del centro educativo.
La asociación festera organiza de forma altruista desde hace años esta visita en la víspera del día de todos los valencianos y atiende las peticiones de los centros para teatralizar el motivo de la festividad por riguroso orden de llegada porque solo se puede realizar en una jornada por el esfuerzo que supone para los propios festeros al ser un día laborable.Este año ha sido el turno de la Fundación Salud Infantil, Santa María (Jesuitinas), CEIP El Pla y un centro de mayores, Domus Vi Elche L’Aljub.
Remolque
El presidente de la asociación, Julián Fernández, destacaba la gratitud que encuentran a esta iniciativa, donde se cuida al detalle todo gracias al esfuerzo de festeros de diversas comparsas que acompañan al Rey Jaime I en su visita, además de la organización que requiere en traslado del corcel de un centro educativo al otro en un remolque sin que los niños vean cómo ha llegado hasta Allí. Comenzaron a las 9.30 horas y finalizaron a las 13.30 y fue el centro de mayores, el último en el que estuvieron, y la ilusión que despertó entre los residentes lo que más tocó en esta ocasión la fibra a los festeros por el interés que demostraron y por las preguntas que les realizaron.
Historia
No es una jornada fácil porque el personaje que interpreta al Rey Jaime I no solo tiene que ser un buen jinete sino que tiene que saberse al dedillo la historia de aquel día que este 9 de Octubre todos los valencianos recuerdan porque se le somete durante su estancia en el centro a todo tipo de cuestiones que tiene que saber responder o, al menos, salir al paso. Y sí, este año lo que más le han preguntado los niños era cómo se llamaba el caballo que montaba (Piropo). Los festeros que le acompañan visten galas de sus respectivas comparsas y las armas que utilizan en los desfiles. Todos esos detalles hacen que sean también sometidos prácticamente a un cuarto grado por los niños, que también se interesan de una forma muy viva por el casco con el dragón que lleva el rey y lo que representa.
La mayoría de encuentros se realiza en los lugares elegidos por los propios centros, pero la imponente llegada de Jaime I es siempre a lomos del corcel.Después mantiene una recepción, real por supuesto, allí donde hayan preparado los profesores. Había coronas y otros símbolos hechos a mano que, según las distintas edades, se habían ido elaborando en las clases.
Semilla de las fiestas
Hay un segundo motivo para la realización de este acto y es el de meter en el corazón de los niños la semilla de las Fiestas de Moros y Cristianos de Elche, que se acerquen a sus personajes centrales y, en especial, a lo que representan.«Intentamos que el acto sea lo más vistoso y espectacular para los niños para que nunca olviden esta jornada», concluyó el responsable de los festeros ilicitanos.
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