El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones continúa con su defensa de la reforma de la incapacidad temporal (IT) para introducir figuras que permitan bajas laborales “flexibles”. La titular de la cartera, Elma Saiz, planteaba la semana pasada una mesa de diálogo para abordar esta materia, propiciando las críticas de los sindicatos y la celebración desde el mundo patronal. El absentismo laboral es la principal motivación que ha impulsado el debate, aunque la ministra asegura que la modificación supondría “ampliar derechos” y avanzar en “justicia social”.
Antonio Garamendi, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), ha considerado “positivo” que los trabajadores puedan reincorporarse voluntariamente de sus bajas antes de la finalización del periodo de reposo estipulado por los profesionales sanitarios. En la misma línea se ha pronunciado el líder de la patronal catalana (Foment del Treball), Josep Sánchez Llibre, quien ha trasladado estar “absolutamente de acuerdo” y ha recordado que esta reforma es una reivindicación planteada por las organizaciones empresariales para “mitigar el absentismo laboral que lastra la productividad”.
Tanto los líderes de las organizaciones empresariales como la dirigente de Seguridad Social han puesto como ejemplo a los trabajadores pluriempleados, uno de los grupos más castigados por la precariedad laboral y empujados por esta a asumir más de un empleo. Sin embargo, las patronales consideran que el principal problema no son estas condiciones, sino el absentismo; es decir, las horas que los trabajadores no realizan, principalmente por encontrarse de baja médica justificada. Un derecho laboral, el de no trabajar si estas enfermo, que Garamendi considera «el gran problema de horas en España”.
«Es algo que en ciertos espacios tiene sentido, partiendo de la base, primero de la voluntariedad, que la ministra ha dicho, y dos, de los casos donde se pueda hacer«, ha valorado Garamendi la propuesta, presentando un ejemplo: “una persona que esté trabajando dando clases en un gimnasio y a la vez tiene otro trabajo, de clases de inglés, sea profesor de inglés en digital, pues igual tiene un problema en una rodilla o la ha tenido que escayolar, no podrá dar clases de gimnasio, pero podría estar activa para dar esas clases de inglés de la tarde».
Absentismo
El último estudio presentado por Grant Thornton, gigante de la auditoria y consultoría empresarial, asegura que en España se pierden 100.000 millones de euros por el absentismo. Si bien reconoce que del 6,6% de horas pactadas que no se trabajan, un 5,2% tiene como justificación una baja médica por incapacidad temporal. Menor justificación tienen las más de dos millones de horas extra que se realizan anualmente en el país y el empresario no paga al trabajador. El 47% del total del tiempo de trabajo extra que, supuestamente, también es voluntario no se paga.
Esta es la crítica esgrimida por los sectores sindicales, que ponen en duda la voluntariedad en la que la ministra sustenta todo su argumentario. Los sindicatos y organizaciones sociales dejan patente lo viciado de la voluntariedad en un tipo de relación que no se da entre iguales, sino de poder, y las coacciones que sufren ya en muchas ocasiones el trabajador por parte de la empresa. «Hablar de voluntariedad en esas situaciones genera muchas dudas”, ha trasladado el secretario de Protección Social y Políticas Públicas de CCOO, Carlos Bravo.
Sanidad también se abre a la reforma
La propuesta llegó desde Seguridad Social, Ministerio en manos de la parte socialista del Gobierno, pero desde la cartera de Sanidad, dependiente de Mónica García, se abren también a abordar la propuesta. «Los propios médicos y algunas asociaciones también de pacientes nos dicen que a lo mejor la reincorporación al trabajo tiene que ser paulatina y tenemos que buscar mecanismos», ha trasladado la que fuera líder de Más Madrid, refiriéndose al planteamiento de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).
La ministra ha defendido que existen ocasiones en la que los médicos consideran que la recuperación del trabajo tiene que ser paulatina, por lo que podría existir «una medida intermedia». No obstante, García asegura que la «el acto médico de la baja médica no lo van a decir las empresas o Garamendi» y que una baja «no puede ser una herramienta de supuesta flexibilidad y voluntariedad» porque podría verse “coacciones en las empresas”. Su homóloga de Trabajo, Yolanda Díaz, ha sido más contundente al señalar que «no vamos a consentir ninguna variación ni desvirtuación en la incapacidad temporal tal y como la tenemos concebida».