La industria del mármol lleva años atravesando por una situación difícil, en un proceso que alcanzó la semana pasada un punto culminante con la presentación por parte de Levantina de un expediente de extinción de contratos para 224 trabajadores. Un momento complejo que es lo que lleva al sector a a reclamar a la Generalitat un tratamiento específico, más allá del plan de reindustrialización presentado recientemente, que sirva para acometer una reconversión de las empresas. Por un lado, con ayudas destinadas a la diversificación productiva y, por otro, con cambios normativos que regulen la actividad en las canteras.
La presentación del expediente por parte de Levantina no ha hecho otra cosa que poner en evidencia la existencia de la crisis estructural en la que se encuentra inmerso el mármol, debido a dos factores principales. Por un lado, la creciente competencia de las empresas cerámicas, que han evolucionado sus productos hasta conseguir elaborar desde hace algunos años piedras artificiales de gran formato, que entran en pugna directa con las naturales. Y, por otro, las modas y tendencias cambiantes, que han propiciado que el mármol característico de la provincia de Alicante, de tonalidades marfil, marrón y rojo y extraído de las canteras de Monte Coto, haya perdido demanda en beneficio de los blancos, grises y negros.
Todo ello ha traído consigo que el sector se esté viendo forzado a reestructurarse, siendo varias las empresas que están apostando por diversificar la producción y adentrarse también en la fabricación de productos porcelánicos.
Así lo explica el presidente de la asociación Mármol Alicante, Luis Horcajuelo, quien señala que «ya hay empresas que han hecho esta transición y otras que están en ello, como es el caso de Levantina, cuyo expediente de regulación ha sido bastante más llamativo por el hecho de que se trata de la principal compañía del sector y el impacto es mayor». De hecho, la firma con sede en Novelda ya creó en su momento una división porcelánica de la marca Techlam, con un centro de producción en este mismo municipio y otro en Nules.
Horcajuelo, en cualquier caso, subraya que aunque la situación es difícil, el sector no va a desaparecer. Y justifica esta aseveración en la reconversión en la que trabajan las empresas, un proceso para el que, eso sí, reclama el apoyo de las Administraciones. «La Generalitat -indica- presentó recientemente un plan de reindustrialización interesante para el conjunto de los sectores, aunque entendemos que el caso del mármol requiere de un trato más especial, porque también está más castigado. Algo similar a lo que ocurrió en su momento con el hierro o el carbón».
En esta línea, el presidente reconoce que tanto el actual Consell como el anterior ofrecieron apoyo al sector, pero advierte de que «la situación ha alcanzado su punto máximo, y necesitamos un trato específico».
Desde la patronal, en este sentido, se solicita respaldo para las empresas en su proceso de reestructuración. Pero no solo eso, dado que Mármol Alicante también considera imprescindible acometer una regularización de las canteras, en especial de la de Monte Coto. Según Horcajuelo, en la actualidad contamos con unas normativas muy antiguas, que vienen de los años sesenta, que se han visto sobrepasadas por la realidad». Eso ha propiciado, añade, que las empresas se enfrenten a numerosos problemas, y que tengan muchas dificultades, por ejemplo, para consumar procesos de transmisiones. «Hay que adecuar la legislación a la realidad, y para eso no hace falta dinero, solo sensibilidad», argumenta.
Negociación sobre el ERE de Levantina
Levantina y los sindicatos han iniciado los contactos para negociar los detalles del expediente de extinción de empleo presentado por la empresa para 224 trabajadores de la provincia de Alicante, prácticamente la mitad de la plantilla del grupo en este territorio. Se trata, en concreto, del 75 % de los trabajadores de la factoría en Novelda, así como del 50 % de la de Monte Coto. Un medida que la compañía justifica en su intención de adaptar la organización a las actuales demandas del mercado y garantizar su viabilidad futura.
Las primeras reuniones están teniendo un carácter técnico relacionado con la memoria explicativa de la medida, y será a partir de la próxima semana cuando ya se abordarán las condiciones. Los sindicatos intentarán reducir el número de trabajadores afectados, así como obtener indemnizaciones que se sitúen por encima de las legalmente establecidas para este tipo de despidos.
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