Pudo salir adelante el plan del Atlético contra la Real Sociedad de no ser por el gol estratosférico de Sucic al filo del tiempo reglamentario. No es menos cierto que el conjunto rojiblanco pudo ganar y el resultado se habría comido el análisis de una propuesta que está sometida a las actuaciones individuales. A pesar de ser profundamente colectivista. Esta vez falló Rodrigo de Paul en la salida de balón, que no existió, prácticamente, tras el tanto de Julián Álvarez antes del primer minuto de juego. Una mala decisión de un argentino campeón del mundo en un contexto de partido propiciado por otra mala decisión, esta vez de Simeone.
Javi Galán, de la nada a recambio de garantías
El once tipo del Atlético le ha costado a la entidad 305 millones, una cifra lo suficientemente alta como para no exigir en cada contexto un rendimiento que, por lo menos en lo numérico, le permita competir contra el Real Madrid y el FC Barcelona. Del primero está ahora a cuatro puntos y del segundo a siete. Distancias provocadas por el empate conseguido en el Reale Arena con el que los rojiblancos pusieron fin a una de las peores semanas de su historia reciente. No solo por el 4-0 frente al Benfica, también por la larga resaca que han dejado los incidentes del derbi contra el Real Madrid.
Fue el tanto de Correa que permitió retener un punto en el Metropolitano la mejor noticia deportiva. A partir de ahí, un mar de dudas que el triunfo frente a la Real Sociedad iba a meter en formol. Porque a pesar de los devaneos en los planteamientos, ver al mejor Oblak y a Javi Galán como un recurso de garantías cuando hasta hace nada no contaba era suficiente para mantener la esperanza hacia un crecimiento.
Pero el taconazo al abismo de Rodrigo de Paul envió la resistencia al garete y lo que era un castillo de sillería se volvió de naipes. «Nos faltó tener algún contragolpe con espacio a favor. Seguimos en la búsqueda de lo mejor de nuestros hombres en las transiciones ofensivas. El tanto no fue por falta de concentración, sino por un golazo desde 35 metros que, cierto, viene de una pérdida de pelota. Pero yo vi al equipo muy fuerte. Definió de modo ordenado. No podemos olvidar que estamos en una Liga donde el primer clasificado ha ganado ocho de nueve partidos que ha jugado», reflexionaba el ‘Cholo’ Simeone.
De las dos referencias a Julián Álvarez en punta
En sus declaraciones hay un continuo intento de llamar al optimismo, pero ni él se lo acaba de creer, porque no ha alcanzado lo primordial, como es la confianza en un sistema. Sigue en perpetua imperfección el esquema de tres centrales, que sacrifica un puesto en el centro del campo. Con todo, pulido, da cierta sensación de consistencia. Le han parecido al ‘Cholo’ demasiados los partidos con dos referencias en ataque que ha regresado al 5-4-1 con Julián Álvarez como única referencia ofensiva ante la Real Sociedad. El que mejor cumple en un equipo desequilibrado en la parcela ofensiva.
El taconazo hacia un rival de Rodrigo de Paul es consecuencia de la falta de una ideología concreta. No hay voluntad por recuperar el viejo ‘cholismo’ que se armaba a través del ‘cerocerismo’ y la lucha titánica por el porvenir. Era una forma de pensar el fútbol que provocaba mucho desgaste, compensado por la energía de la resistencia. Los tantos en contra llegaban por acoso y derribo, no porque alguien había metido un ‘Caballo de Troya’ en territorio rojiblanco. Lo único que debió hacer el mediocampista en esa jugada fue acompañar la subida al ataque de Sorloth.
De Paul, lejos de «ese jugador que fichamos al Udinese»
Lo que vino después fue una respuesta perfecta para un regalo, que abrió Sucic. El croata disfrutó quitando el papel del presente para, de paso, crear un efecto secundario en Oblak, que había sido el mejor del partido hasta ese momento junto a Javi Galán. El lateral, sustituto por obligación del lesionado Llorente, ‘bailó’ con el incómodo Kubo. Y no solo eso, parte importante del gol de Julián Álvarez es suya, gracias al pase que filtró a Griezmann, quien se encargó de diseñar la asistencia hacia el argentino.
Simeone valoró el esfuerzo de un jugador que como le ha pasado más veces ni siquiera estaba en la última hoja de sus planes, pero con el que se ha visto obligado a contar por la necesidad y su abnegado trabajo en los entrenamientos. Es algo que reconoció el ‘Cholo’, quien, a pesar de todo, le pidió una mayor presencia ofensiva, algo que Galán consigue, según el argentino, en los ejercicios.
El entrenador del Atlético le pone más deberes a los que lo hacen bien y libera de responsabilidad a los que fallan, como Rodrigo de Paul, un futbolista de la cuadrilla albiceleste al que en Arabia Saudí, antes de la última Supercopa le pedía «más de ese jugador que fichamos del Udinese», una versión decisiva de la que actualmente está muy lejas en un Atlético donde cada decisión, por pequeña sea, importante más que en el resto de sus grandes rivales.