Las autoridades de la Franja de Gaza, controladas por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), han denunciado este lunes que la ofensiva militar desatada por Israel hace ya un año, tras los ataques perpetrados el 7 de octubre de 2023 contra territorio israelí, deja ya más de 41.900 muertos, siendo mujeres y niños «más del 60 por ciento de los fallecidos», y más de 97.300 heridos.
El Ministerio de Sanidad gazatí ha indicado en un comunicado en su cuenta en Telegram que la ofensiva israelí deja 41.909 «mártires» y 97.303 heridos, al tiempo que ha vuelto a denuncia «la guerra genocida» contra Gaza, «uno de los capítulos más atroces de la criminalidad y el derramamiento de sangre palestina».
Las autoridades gazatíes indicaron el domingo que los ataques israelíes habían dejado alrededor de 17.000 niños muertos, incluidos 171 bebés y 710 menores de un año, y cifraron en unos 10.000 los desaparecidos, por lo que se teme que la cifra de víctimas sea mucho más elevada.
Además, afirmó que más de 900 familias habían sufrido la pérdida de todos sus miembros, causando «su eliminación del registro civil» y cifró en 36 los muertos de hambre en el enclave durante este año, en el que además han muerto 175 periodistas y 85 miembros de los equipos de Protección Civil a causa de los ataques de Israel.
En lo relativo a los daños materiales, la oficina de prensa de las autoridades de Gaza explicó que 204 edificios gubernamentales han sido destruidos, a los que se suman 125 escuelas y universidades, 814 mezquitas, tres iglesias, 19 cementerios y 150.000 unidades de vivienda.
Por ello, el Ministerio de Sanidad gazatí ha lamentado que «el ocupante criminal (…) ha intensificado sus bombardeos contra el sistema sanitario, completando lo que la ocupación ha causado tras 18 años de cerco», antes de resaltar que Israel «priva de forma deliberada» a la población de «tener la mínima oportunidad de recibir tratamiento» al bloquear la entrega de medicinas en el enclave y evitar el desplazamiento de pacientes.
Asimismo, ha subrayado que las tropas israelíes «han hecho de los equipos médicos un objetivo para sus asesinatos y arrestos» y ha detallado que entre los muertos figuran 986 trabajadores sanitarios, cuatro de los cuales han fallecido «dentro de prisiones israelíes», mientras que más de 310 han sido detenidos por las fuerzas israelíes.
«Las estadísticas documentadas tras un año de guerra de exterminio contra Gaza indican que la ocupación se ha centrado en destruir el sistema sanitario, con cerca del 65 por ciento de las instalaciones sanitarias habiendo sido atacadas y con el resto operando de forma parcial y al 300 por ciento de ocupación, especialmente en las unidades de cuidados intensivos y las enfermerías», ha detallado.
Además, ha manifestado que esto se suma a «la falta de agua potable, la destrucción de la infraestructura y redes de alcantarillado y la prohibición de entrada a materiales para esterilización y materiales de lavado, lo que ha provocado la propagación de epidemias y enfermedades como la hepatitis viral, la poliomielitis y las enfermedades de la piel».
«Estos ataques sistemáticos y permanentes contra el sistema sanitario han privado a más de dos millones de personas en Gaza de recibir atención sanitaria básica», ha dicho, al tiempo que ha especificado que entre estas personas más de 50.000 embarazadas y 12.000 pacientes de cáncer. «Cientos de pacientes con diálisis han muerto a causa de la falta de atención», ha dicho.
Por ello, ha incidido en que «se calcula que son muchos más los que han caído mártires por falta de servicios sanitarios», motivo por el que ha vuelto a reclamar a la comunidad internacional que presione a Israel para que «detenga su agresión y su máquina de matar» y permita que miles de heridos abandonen Gaza para ser trasladados a hospitales especializados en el extranjero.
«El Ministerio de Sanidad gazatí renueva además su demanda a todas las partes relevantes para que encuentren mecanismos que garanticen la llegada de suministros médicos a todos los hospitales, sin restricciones, y que se permita la entrada de delegaciones médicas», ha remarcado, al tiempo que ha mostrado su voluntad de «seguir llevando a cabo su misión humanitaria, sin importar los sacrificios».
La ofensiva fue lanzada por Israel tras los citados ataques del 7 de octubre de 2023, que dejaron unos 1.200 muertos y cerca de 250 secuestrados, según las autoridades israelíes. A estos balances se suman cerca de 725 palestinos muertos a manos de las fuerzas de seguridad israelíes y en ataques perpetrados por colonos en Cisjordania y Jerusalén Este desde esa fecha.