Lali Espósito se ha convertido en una insólita bandera musical del rechazo al presidente argentino Javier Milei. Su canción ‘Fanático’ tiene tantas alusiones a los excesos procaces del anarco capitalista que provocó, además de un aluvión de visitas en YouTube (unos tres millones una semana), una corriente inmediata de simpatía. Hasta se ha convertido en canto durante la reciente y multitudinaria protesta en las calles de este país contra el recorte del financiamiento universitario.
«Viene a buscarme, se come mis sobras / Lo tengo encima, parece mi sombra». ‘Fanático’ tiene una historia conflictiva y una resolución cantada. «Qué peligroso, qué triste», dijo la también protagonista de la serie ‘Sky rojo’ (Netflix) por el triunfo de Milei en las primarias de agosto de 2023. El comentario de un personaje circunscrito al mundo del pop desató la ira del extertuliano televisivo. La elección de Espósito, una cantante con un auditorio juvenil y bajos niveles de politización, como objeto del escarnio no tiene precedentes en 40 años de democracia. A partir de ese momento, Milei no perdió oportunidad de expresar su encono. La obsesión cobró nueva forma cuando comenzó el Gobierno y relacionó a Espósito con el «colectivismo» que dice venir a enterrar en Argentina. La llamó «Lali Depósito» por haber sido contratada por una ciudad para que presentara su espectáculo. La lucha enconada contra el gasto estatal encontró en la diminuta, pero activa figura un blanco desopilante. Buena parte del campo cultural argentino salió a respaldarla.
Ahora, Lali, como la llaman sus seguidores, encontró su posibilidad de responder con una canción que es escuchada, memorizada como un hit pero, ante todo, observada una y otra vez para encontrar las claves de los comentarios más explícitos u oblicuos sobre el presidente. Lo primero que llama la atención es que Espósito mira a la cámara con una peluca despeinada en la cabeza que parece un remedo del ultraderechista. «Te encanta hacer como que no tienes idea quién soy». Milei dijo alguna vez desconocer su existencia para, de inmediato, lanzar sapos y culebras contra ella en X.
A lo largo del video se la ve a Espósito sentada detrás de una mesa mientras realiza una especie de casting de sus fanáticos. La mayoría no merecen que les preste atención. «Yo entiendo qué te pasa: eres tan solo un niño. Aunque te hagas el malo, te está faltando cariño. Yo no tengo enemigos y no los necesito», canta y todos entendieron a qué se refería. Los biógrafos de Milei no han hecho en este último año más que bucear en una infancia marcada por el brutal maltrato físico y psicológico de su padre, un asunto que el propio economista reconoció públicamente.
«Es mi fanático, me vuelve loca/ Toda la noche me sueña y se toca». Uno de los aspectos más llamativos y desconcertantes de la presencia de Milei en el Ejecutivo tiene que ver con los recurrentes comentarios sexuales en sus discursos públicos: penetraciones, voyeurismo, masturbaciones, sadismo que se convirtieron finalmente en material textual de ‘Fanático’. Y para mayores señas, los segundos más elocuentes del video tiene lugar cuando Lali lee un diario y se encuentra con la palabra «escándalo». Entonces la cámara muestra a un hombre adulto con patillas. Viste una chaqueta de cuero parecida a las que usa MIlei, agita las manos como si imitara a Milei, gesticula, grita y se enoja. «Como suele hacer Milei», comentó el diario ´La Nación`.
La canción se conoce cuando comienza a caer la popularidad del presidente y se siente con fuerza el rigor de su política en todos los planos. De un lado el ajuste y la pobreza, que ha llegado al 53%. Por el otro, la destrucción del Instituto de Cine, el Fondo Nacional de las Artes y el Instituto Nacional de Teatro. La ultraderecha considera que esos organismos, así como la Universidad, son usinas de «socialismo» y «marxismo cultural».
Espósito se encuentra en su hora de reconocimiento. Ella reveló que «muchas referencias» del video y la propia letra «fueron bien agarradas», mientras que otras asociaciones forman parte de la «inventiva popular». La cantante y actriz no quiere ser la excepción que confirma una regla del temor o el recato frente a la ofensiva oficial. A su criterio son tiempos «para no amedrentarse». En ese sentido, llamó a otros colegas de la música a que «si tienen ganas, salgan a decir eso que tengan para decir» sobre lo que experimentan los argentinos. Horas, en definitiva, de «rebelarse un poquito» frente a una situación que para muchos tiene la forma de una pesadilla.