El coste económico y social de las medidas para recuperar el buen estado de las masas de agua subterráneas de la cuenca del Segura supera los 1.200 millones de euros anuales y la pérdida de más de 40.000 empleos en el sector agrícola y su industria asociada.
Es la estimación del impacto y los principales efectos económicos de cumplir con los objetivos ambientales fijados en la revisión de tercer ciclo del Plan Hidrológico del Segura (2022- 2027), eliminando la extracción de recursos no renovables de las masas de agua sobreexplotadas -algo que afecta al norte de la Región de Murcia- y reduciendo la aplicación de fertilizantes y productos fitosanitarios en explotaciones ubicadas en masas de agua que no cumplen con los parámetros de calidad. Contaminación que se centra en el Campo de Cartagena y Alicante.
Es lo que estima un estudio elaborado por el profesor Alberto del Villar, economista y experto en recursos hídricos. El trabajo ha sido presentado en el Congreso Nacional del Agua que se celebra desde este lunes en Orihuela
Impacto
En términos globales, el impacto sobre el sector agrario de Murcia y Alicante y pequeñas zonas de Almería y Albacete de se derivará de la aplicación de estas medidas supone el descenso de una quinta parte de la producción final agraria en la demarcación y la pérdida del 22% del empleo en del sector.
La gestión sostenible de los recursos hídricos subterráneos en la cuenca hidrográfica es uno de sus mayores problemas. Es un reto ambiental muy importante, tanto por el abuso de aguas subterráneas -se extrae más agua de la que los acuíferos son capaces de recarga de forma natural-, como por el uso intensivo de fertilizantes nitrogenados en la agricultura.
Medidas compensatorias
Del Villar señala que si se quieren acometer las acciones necesarias para alcanzar el buen estado de las masas de agua subterráneas -objetivo que considera irrenunciable-, causando el menor impacto sobre las actividades productivas, es necesario considerar medidas compensatorias o atenuantes de estos efectos negativos que en el plan de Cuenca no aparecen.
Cuarenta de las 63 masas de agua subterráneas identificadas en ese ámbito geográfico que ocupa fundamentalmente buena parte del sur de la provincia de Alicante y Murcia presentan contaminación por nitratos, sobreexplotación o ambas situaciones, derivadas de la actividad agrícola.
Revisión del plan
La legislación obliga a actuar a la administración. La revisión del Plan Hidrológico del Segura ya señalaba que en el anterior ciclo no se había hecho nada y fija el límite de 2027 para intervenir.
Aproximadamente un 31% de la superficie de cultivo de la demarcación de la cuenca del Segura -unas 136.787 hectáreas- estaría afectado por estas medidas. La estimación del estudio se ha realizado incorporando los impactos directos, indirectos e inducidos.
El experto advierte que no existen en la Cuenca del Segura, ni agotando la capacidad de desalinización actual y sus ampliaciones programadas, recursos suficientes para posibilitar la explotación sostenible a largo plazo de sus zonas regables y el buen estado cuantitativo de las masas subterráneas -los acuíferos sobreexplotados- en el horizonte 2027
Contaminación
Pero los acuíferos de la provincia les afecta sobre todo la contaminación por nitratos. No tanto la sobreexplotación porque la agricultura se abastece del trasvase Tajo-Segura, el agua del río, la desalada y la regenerada. La autorización de explotación de pozos es limitada y esa agua se usa solo mezclada, cuando se usa, porque presenta una elevadísima salinidad.
Pero todo el acuífero de la huerta tradicional en la Vega Baja, que se extiende al Camp d’Elx ya en la demarcación del Júcar y el terciario de Torrevieja están contaminados por nitratos. En este último caso que abarca toda la superficie agrícola en la cuenca vertiente de las lagunas de Torrevieja regada por el trasvase el informe habla de la presencia de plaguicidas con niveles importantes de atrazina y simazina, que son herbicidas artificiales.
Esa contaminación sí tiene un efecto sobre el agua que se reutiliza, tanto en el sistema de riego de la huerta como la que se regenera en depuradoras, o la que se vierte a humedales y el mar. La referencia más conocida sobre los efectos de esa contaminación es el desastre ambiental en el Mar Menor, que comienza a recuperarse tímidamente ahora.
Pozos y mesa de sequía para arrancar el congreso
Por otra parte, en la apertura del congreso, que cumple su VI edición, el catedrático y diputado nacional del PP, Joaquín Melgarejo ha criticado el retraso de la Confederación Hidrográfica del Segura a la hora de declarar la situación de sequía extrema y el hecho de que esa decisión haya impedido que se pongan en marcha los pozos de sequía en la Vega Media y Baja del Segura. El Ministerio para la Transición Ecológica sigue en el proceso de evaluación ambiental para autorizar su apertura. Melgarejo, director del Instituto Universitario del Agua, ha reprochado al Ministerio de Agricultura que se niegue a convocar la mesa de sequía. Un órgano colegiado en el que participan los representantes de agricultura de todas las comunidades autónomas y que tiene competencias para liberar ayudas para el sector afectado por la sequía. En este sentido ha dicho que el Ministerio que dirige Luis Planas (PSOE) considera como una situación «local» que las reservas en los embalses de la cuenca estén al 16%. La mesa de sequía sí se reunió en 2023 para actuar sobre la situación que sufría Andalucía y el centro de España.
El encuentro, que tiene continuidad este martes, ha sido inaugurado por el presidente de la Diputación, Toni Pérez, la directora general del Agua de la Generalitat, Sabina Goretti y el alcalde de Orihuela, Pepe Vegara, y cuenta con la colaboración de la empresa Hidraqua.
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