Un ‘Gran Hermano‘ pero sin consentimiento. La Fiscalía de Barcelona ha presentado en un juzgado de Barcelona una acusación peculiar, en el que solicita tres años de prisión para una pareja que retransmitió en directo a través de una web el momento en que una amiga a la que habían invitado a su casa se estaba duchando, según el escrito al que ha tenido acceso El Periódico.
El titular del Juzgado número 7 de Barcelona, Francisco Miralles, ha enviado a juicio a los dos imputados, a los que se les atribuye un delito de descubrimiento y revelación de secretos, a la vez que impone una fianza civil de 6.666 euros para cubrir una eventual indemnización de la víctima. La fiscal reclama 5.000 euros en concepto de daños morales, más los intereses correspondientes.
Según la fiscal, los imputados actuaron «sin consentimiento de la perjudicada y guiados por el ánimo de vulnerar su intimidad»
Entre noviembre de 2022 y abril de 2023, los dos acusados, Carlos S. y María Jesús Ch., convivían en un piso sito en la Rambla de Barcelona. En la vivienda tenían instaladas varias cámaras con la que, «con la finalidad de lucrarse», retransmitían en directo en una página de internet imágenes de los que iba aconteciendo en esa residencia, «al estilo reality», según detalla la fiscal. Ese mes de noviembre, la acusada conoció a L. «en un club de baile» y durante los meses siguientes la invitó varias veces a pernoctar en su casa.
La víctima llegó a percatarse de que en la vivienda había distintas cámaras distribuidas por todas las estancias, pero la imputada, María Jesús Ch., le aseguró que no estaban actividas y que las tenía meramente para uso privado. Sobre las 03.00 de la madrugada del 22 de abril de 2023, después de salir de fiesta, la acusada invitó otra vez a la víctima al piso. Al llegar, L., se duchó. Las cámaras, incide la fiscal, «fueron retransmitiendo en directo desde la página web» imágenes de L. desnuda en la ducha, así como otras cambiándose en una de las habitaciones.
La acusación pública sostiene que los dos acusados «sabían de antemano que las cámaras instaladas en el piso iban a retransmitir a terceros» esas imágenes, y «nunca advirtieron a L. acerca de esta circunstancia». A su entender, los imputados actuaron «sin consentimiento de la perjudicada y guiados por el ánimo de vulnerar su intimidad». Sabían, además, que algunas de las cámaras estaban instaladas en el baño y que era probable que captaran las «imágenes íntimas» de la víctima.
«¿Cuando te he obligado a ducharte?»
El escrito de la fiscal incide que cuando L. se percató del hecho de la grabación y difusión «no consentida de sus imágenes íntimas», la víctima recriminó a María Jesús Ch. lo que había hecho, a lo que esta le respondió: «¿Cuándo te he obligado yo a ducharte? (…) las cámaras no se pueden apagar, lo siento mucho».
En la entrada y registro de la vivienda, practicada el 26 de junio de 2023, días después del suceso, los Mossos d’Esquadra incautaron un total de 13 cámaras, dos aparatos electrónicos donde estaban conectadas y tres routers. Uno de los dispositivos de grabación estaba en el recibidor, dos en el salón, uno entre las puertas del balcón, uno sobre la mesa de uno de los dormitorios, otro en la pared de la cocina, tres en la habitación donde dormía la pareja, dos junto al espejo del aseo, uno en la pared de la bañera y otro en la sauna.
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